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A TIRO DE HIT

El mejor año de los Medias Rojas

El domingo, los Medias Rojas de Boston culminaron el mejor año en la historia de la franquicia y uno de los más notables de todos los tiempos en las Grandes Ligas cuando vencieron a los Dodgers de Los Angeles en una Serie Mundial que se extendió a cinco partidos. Fue el cuarto campeonato en los últimos 15 años para los Medias Rojas, que se han establecido como el equipo del Siglo XXI.

El dominio de este equipo se extendió desde el entrenamiento de primavera hasta el último día de la temporada de 2018. Bajo la tutela de su nuevo dirigente Alex Cora, iniciaron la temporada con una dolorosa derrota frente a los Rays de Tampa Bay, cuando los relevistas Joe Kelly y Carson Smith dejaron escapar una ventaja de cuatro carreras en el último tercio de juego. Pero al día siguiente iniciaron una racha en la que ganaron 17 de 18 para poner el orden en la División Este de la Liga Americana.

Los Medias Rojas culminaron la serie regular con marca de 108-54 para convertirse en apenas el duodécimo equipo en la historia que gana al menos el doble de los partidos que pierde. 108 victorias o más es una cifra especial que nos recuerda equipos emblemáticos como los Yankees de 1998, la Gran Maquinaria Roja de 1975 y los Mets de 1986.

En la post-temporada, Boston doblegó tres excelentes equipos - incluyendo los dos que estuvieron en la Serie Mundial el año anterior - para culminar con 11 victorias y tres derrotas, incluyendo 4-1 en la Serie Mundial. Jugando como visitantes, ganaron siete de ocho.

El trabajo de Cora liderando ese grupo de estelares en su primer año al frente del equipo lo sitúa como uno de los dirigentes más apreciados del momento. El boricua se unió a Bucky Harris, Eddie Dyer, Ralph Houk y Bob Brenly en la lista de managers novatos que han logrado coronas. También se convirtió en el primero que gana como dirigente al año siguiente de ser coach de un equipo campeón. Recordemos que Cora fue parte del staff de A.J. Hinch en Houston en 2017.

Es interesante que, al inicio de los playoffs, los Medias Rojas enfrentaban problemas que podían entorpecer su participación en la etapa más importante de la temporada. La salud de Chris Sale era una incógnita, David Price nunca había sido digno de fiar en playoffs y el bullpen lanzó de manera inefectiva durante todo el mes de septiembre.

Esas interrogantes se respondieron de manera positiva y se unieron a otros factores para darle la corona al equipo de Boston, que ahora tiene marca de 16 ganados y tres perdidos en las últimas cuatro Series Mundiales en que ha participado.

En el clásico que cerró la estación de 2018, ganaron los dos primeros partidos sin mayores contratiempos en el Fenway Park. En el tercer encuentro en Dodger Stadium, sufrieron una derrota que pudo ser devastadora en el épico partido que se extendió a 18 episodios y más de siete horas, y que obligó a Cora a utilizar a prácticamente la totalidad de sus lanzadores incluyendo a Nathan Eovaldi, quien realizó un heroico relevo de seis entradas y casi 100 lanzamientos.

Ese riesgo calculado obligó al boricua a depender de Eduardo Rodríguez en el cuarto partido, pero la ofensiva de los Medias Rojas lideró uno de los regresos más espectaculares en Series Mundiales, anotando nueve carreras en el último tercio de acción para borrar un déficit 4-0 y poner al equipo en posición de terminarlo todo al día siguiente.

Esos últimos días de competencia correspondieron a principalmente dos individuos: Steve Pearce y Price.

En el octavo capítulo del juego número cuatro, Pearce tocó al cerrador de los Dodgers Kenley Jansen con el cuadrangular que empató el partido a cuatro y luego soltó un soberbio doble entre jardín central y derecho que metió tres para la goma en el noveno y efectivamente abrió el score.

Al día siguiente, el veterano inicialista se la sacó al estelar Clayton Kershaw con uno a bordo en el mismo primer inning para marcar la pauta en el juego decisivo, y luego pegó otro jonrón en el octavo para poner la tapa al pomo en la victoria 5-1. Siete carreras remolcadas en unas 24 horas, ocho en total en la serie. Con esos méritos, Pearce se quedó con el precio de JMV de la serie. Punto culminante de una carrera nómada y discreta. Pearce ha estado con siete organizaciones, incluyendo todas las de la División Este de la Liga Americana, y ha tenido 10 cambios de uniforme en 12 años de carrera. Nunca ha sido titular y sus salarios acumulados son menores a los que jugadores como Price y J.D. Martínez devengan en una temporada.

En cuanto a Price, su reivindicación en las tres últimas aperturas que hizo fue notable. Contra los Dodgers, el zurdo tiró seis dominantes entradas para ganar el segundo encuentro en Boston y luego regresó con siete innings de tres hits y una carrera tirando con un día de descanso en el partido decisivo en presentaciones que demostraron su disponibilidad para tomar la pelota independientemente de la carga de trabajo. Luego de reiterados fracasos, Price finalmente pudo demostrar que puede ganar en post-temporada.

Ambos jugadores merecían el premio de Jugador Más Valioso, pero el honor finalmente recayó en Pearce, jugador suplente que respondió a la hora de la verdad para los nuevos campeones de las Grandes Ligas.

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