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Los Dodgers, 30 años después

Con su victoria del miércoles en el quinto partido de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, los Dodgers de Los Angeles se colocaron a un paso de regresar a la Serie Mundial por segundo año consecutivo. Buscan quedarse con la corona de las Grandes Ligas por primera vez desde 1988.

Precisamente mañana se conmemorará el trigésimo aniversario de la obtención de aquella última corona de los Dodgers. Ese día Orel Hershiser dispersó cuatro hits de los Atléticos de Oakland y contó con el respaldo ofensivo de Mickey Hatcher, Mike Davis y Franklin Stubbs para ganar su segundo partido del Clásico de Octubre y llevar al equipo de Los Angeles al campeonato con un triunfo 5-2.

Fue la culminación de una temporada en la que Hershiser y Kirk Gibson fueron las dos grandes figuras de los Dodgers. Ambos tuvieron roles decisivos en ese campeonato.

Hoy recordamos esos acontecimientos ocurridos cuando casi terminaba la década de los 80.

Luego de terminar en cuarto lugar en 1987, la oficina de los Dodgers encabezada por el gerente Fred Claire hizo un par de movimientos para tratar de cambiar la cara de la escuadra. En diciembre del 87, el torpedero dominicano Alfredo Griffin y los relevistas Jay Howell y Jesse Orosco fueron adquiridos en una transacción que involucró a los Atléticos y los Mets de New York, equipos que eventualmente resultaron los dos rivales de los Dodgers en los playoffs. Fue un movimiento que mejoró la defensa de la línea central y el bullpen del equipo.

A finales de Enero de 1988, Kirk Gibson fue firmado como agente libre con un contrato de US$4.5 Millones por tres años. El veterano jardinero ofrecía una atractiva combinación de poder, velocidad y liderazgo.

A pesar de ser dados para terminar en cuarto lugar, los Dodgers ganaron 94 partidos para quedarse con el título de la División Oeste de la Liga Nacional.

Hershiser acarreó el equipo ganando 23 partidos y estableciendo una marca de 59 entradas consecutivas sin permitir carreras. Se llevó el premio Cy Young del circuito a unanimidad.

Gibson se convirtió en el líder del equipo y bateó .289 con 25 cuadrangulares, 76 carreras remolcadas y 31 robos de bases para quedarse con el premio de Jugador Más Valioso, superando a otros que tuvieron mejores estadísticas. Los votantes de la época estimaron que Gibson había sido tan decisivo para los Dodgers que merecía la distinción.

En la Serie de Campeonato, los Dodgers enfrentarían a los Mets de New York que eran los favoritos para avanzar. En 11 enfrentamientos de serie regular entre ambos conjuntos, los Mets habían salido victoriosos en 10. Pero la historia cambió en la Post-Temporada.

En el primer partido, Hershiser llegó al noveno inning ganando 2-0, continuando con su sobrehumana racha de entradas sin permitir anotaciones. Pero el trabuco de los Mets atacó en el noveno con tres anotaciones para llevarse la victoria 3-2. El receptor Gary Carter fue el héroe con un doble que remolcó dos de esas carreras.

De ahí en adelante, la serie se convirtió en el típico “tú me das y yo te doy”. Los Dodgers explotaron a David Cone y ganaron el segundo partido con la ofensiva de Mike Marshall y el pitcheo de Tim Belcher. Con la serie trasladándose a Flushing, New York, los visitantes pudieron ganar dos de tres para regresar a Los Angeles con la serie a punto de mate.

El cuarto encuentro fue el clave. Los Dodgers perdían 4-2 en el noveno cuando Mike Scioscia conectó un dramático cuadrangular con uno a bordo contra Dwight Gooden que igualó el score. En entradas extra, Gibson se fue para la calle para definir el encuentro.

En Dodger Stadium, los Mets ganaron el sexto partido para igualar la serie 3-3 pero Hershiser lanzó blanqueada de cinco hits en el juego decisivo para llevar a su equipo a la Serie Mundial por primera vez desde 1981.

Igual que en la serie de campeonato, el conjunto de Los Angeles no era ni remotamente favorito. Enfrentarían un poderoso equipo de los Atléticos de Oakland encabezado por José Canseco y Mark McGwire y dirigido por Tony LaRussa.

A esas alturas, Gibson estaba completamente impedido de ver acción con lesiones en ambas piernas. No obstante, fue el protagonista del momento más importante de la serie y trascendental en la historia del béisbol.

Era el primer partido de la serie. Oakland llegó delante 4-3 a la novena entrada gracias a un “Grand Slam” de Canseco contra Belcher. El manager LaRussa puso la mínima ventaja en manos de Dennis Eckersley, quien había sido el mejor cerrador de la liga. Luego de dominar a los dos primeros bateadores, el relevista perdió por bolas a Mike Davis. Gibson, quien prácticamente no podía caminar, llevó el conteo a 3-2 y se sentó a esperar el slider en la esquina de afuera que Eckersley usualmente utilizaba en ese conteo contra bateadores zurdos. Gibson hizo swing y desapareció la pelota por el right field para un dramático cuadrangular que dejó a los “A’s” en el terreno.

Con Hershiser llevando la voz cantante con dos victorias lanzando juegos completos, el resto de la serie fue relativamente fácil para un equipo de los Dodgers que estaba completamente diezmado por lesiones. Guiados por su famoso manager Tom LaSorda, lograron sorprender al mundo venciendo a un equipo superior en todos los aspectos.

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