DELANTERO
Carter jugará su temporada 21 en la NBA
Vince Carter se siente un veinteañero otra vez. Siempre experimenta esa sensación cuando llega esta ápoca del año.
No importan las manchas grises en su barba, todo el desgaste en su cuerpo, un currículum que muestra que entró a la NBA en el mismo año que nació su compañero de equipo, Trae Young.
Carter ha llegado a otra noche inaugural. La emoción de una temporada fluye por esos crujientes huesos. De nuevo, todo parece valer la pena: las prácticas monótonas, las tediosas sesiones de video, los largos vuelos en avión, el trabajo pesado de 82 partidos.
“Si tuviera ese viejo sentimiento de ‘demonios, aquí vamos de nuevo’, entonces no jugaría”, dijo el martes Carter, tras finalizar un entrenamiento con unos cuantos tiros adicionales. “Es como si estuviera en mi tercero, cuarto, quinto año. Estoy emocionado por la oportunidad. Estoy emocionado por jugar. Aún me encanta jugar. Aún me encanta competir. Todavía disfruto viajar, las altas y bajas de la liga. De eso se trata todo. Es difícil dejarlo ir”.
El jugador de mayor edad de la liga — tiene 41 años y cumplirá uno más en enero — está de regreso para su 21ra temporada. Eso lo coloca en la cúspide de una compañía muy exclusiva: Robert Parrish, Kevin Willis y Kevin Garnett son los otros jugadores que duraron tanto en la NBA (Dirk Nowitzki, de Dallas, también tiene oportunidad de unirse al club de las 21 temporadas este año).
Difícilmente Carter perseguirá un campeonato, al firmar con los Hawks de Atlanta, un equipo en reconstrucción que está a años de tener una oportunidad realista de competir por un título. Está aquí para ser mentor de un montón de jóvenes y servir como un virtual jugador-entrenador para el cuerpo de entrenadores de primer año que dirige Lloyd Pierce.
“Cuando tenemos nuestros debates y conversaciones en el vestuario y en el autobús, está de nuestro lado”, bromeó Pierce, un entrenador en jefe novato que es apenas ocho meses mayor que Carter. “Puede relacionarse un poco más con el cuerpo de entrenadores que con los jugadores”.
Kent Bazemore, el último remanente de un equipo que ganó 60 partidos y alcanzó la final de la Conferencia del Este en 2015, perdió a la mayoría de sus compañeros con quienes jugaba también al golf — incluidos Paul Millsap y Kyle Korver — cuando los Hawks se embarcaron en un plan