FINALES
La cuarta parte de la "película" Warriors-Cavaliers
El choque presenta de nuevo al mejor jugador contra el mejor equipo
Una vez más. El cuarto asalto.
Como muchos pronosticaron, y otros probablemente se lamentaron, ha vuelto a ocurrir. Cleveland y Golden State se medirán por cuarto año seguido en la serie final de la NBA. Los Warriors irán por un tercer campeonato en ese periodo, mientras que LeBron James y los Cavaliers intentarán despojarles la corona tal y como hicieron en la serie de 2016.
De un lado, el mejor equipo de esta era.
En el otro, el mejor jugador de esta hora y tal vez de todos los tiempos.
El primer partido el jueves tendrá a los Warriors como anfitriones en la Oracle Arena.
“Hay que atesorar el momento”, comentó el base de los Warriors Stephen Curry. “Alguien preguntó: 'Cuatro años seguidos en las finales, ¿lo valoras?’ Sí”.
Ambos equipos afrontan este duelo por el título con jugadores con problemas físicos. Kevin Love de Cleveland se encuentra en el protocolo de conmociones y deberá cumplir con una serie de pruebas antes de recibir el visto bueno para jugar. Andre Iguodala de Golden State - un ex Jugador Más Valioso de una serie final - no pudo completar la serie Warriors-Rockets por un golpe en la pierna.
Los Warriors confiaban en que Iguodala retornaría en la serie contra Houston, pero no pudo recuperarse.
“No es una lesión fácil para predecir en cuanto a recuperación”, dijo el entrenador de los Warriors Steve Kerr.
No hay mucho similar en las temporadas de ambos equipos, pero en los últimos días transitaron un camino idéntico - los dos debieron ganar un sexto partido en casa para evitar ser eliminados y luego fueron de visitan para prevalecer en el séptimo enfrentamiento para llevarse sus respectivas finales de conferencia.
“Ha sido una de las temporadas más exigentes que he tenido”, indicó James, quien podría estar jugando el mejor básquetbol de su vida al término de su 15ta temporada.
Algunas de las vicisitudes que los Cavaliers han tenido que lidiar desde el final de Golden State-Cleveland III en junio del año pasado: Kyrie Irving fue traspasado por Isaiah Thomas; el entrenador Tyronn Lue tuvo que ausentarse por quebrantos de salud; Love se perdió dos meses; perdieron 11 partidos por 16 o más puntos; desmantelaron su plantel en febrero y pasaron buena parte de la campaña sin saber defender.
Igual han accedido otra vez a la final, liderados por alguien que jugará en la última serie de la temporada por un alucinante octavo año consecutivo.
“Ha sido una montaña rusa”, dijo James, en busca de su cuarto anillo de campeón en nueve apariciones en la serie final. “Cosas buenas, cosas malas. Días con rosas y días con espinas en esas rosas. Ha pasado de todo”.
Tampoco ha sido un paseo para Golden State. Los Warriors no quedaron primeros en la Conferencia del Oeste, perdieron a Curry por una lesión al final de la temporada regular, sucumbieron en 10 de los últimos 17 duelos y se asomaron al abismo.
“Felices de volver”, declaró el alero de los Warriors Kevin Durant.
Los Warriors barrieron los dos partidos de la temporada regular con los Cavaliers, ganando por siete de local en el Día de Navidad (Curry no jugó) y se impusieron por 10 en Cleveland tres semanas después.
Para cuestiones de análisis, esos dos partidos carecen de importancia ahora. De los cinco mejores anotadores de Cleveland ante Golden State esta campaña, tres ya no están con los Cavs. James y Love se combinaron para marcar 100 puntos en los dos partidos, pero Dwyane Wade, Jae Crowder e Isaiah Thomas fueron transferidos a otros equipos en la fecha límites de canjes.
“Desde luego sabemos de lo que LeBron es capaz”, dijo Curry tras la victoria de los Warriors en el séptimo partido en Houston. “Es un nuevo equipo. Con los otros, ya sabíamos sus tendencias. Pero ya tendremos tiempo para pensar en ello cuando regresemos a casa”.
Si los Cavaliers ganan este campeonato, sería prudente declarar irrelevante esa campaña.
Cleveland apenas registró una foja de 50-32 esta temporada. Si James y compañía emergen campeones, sería la segunda peor marca en la campaña regular de un eventual campeón en las últimas 40 temporadas. Houston lo hizo con una marca de 47-35 para encaminarse al título en 1995. Para encontrar a otro campeón que le fue peor, habría que irse a Washington en 1978, cuando los Bullets quedaron con un modesto 44-38.
“Todos dudaron de nosotros”, dijo el alero de los Cavaliers Jeff Green. “Todos tuvieron una opinión sobre nuestro equipo, de lo que podemos hacer o no, así desde el inicio. Ahora estamos donde queríamos estar. Alcanzamos lo que buscábamos y en donde sabíamos podríamos a llegar”.