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BÉISBOL DE AYER

Pablo Neftalí Cruz el pelotero

Pablo Neftalí, en su principio en el béisbol de aficionados. Segunda foto: Cuando fue firmado por los Piratas, de inmediato se puso la gorra alegórica a esa organización de la Liga Nacional.

Durante los años que Pablo Neftalí intervino en el béisbol amateur, llenó su cometido, es decir, militó en diferentes equipos y en todos ellos siempre estuvo en la defensa del infield. En esos terrenos lo vimos en la intermedia, en tercera y en el short, él siempre estaba presto a ocupar la posición que le asignaran, las cuales jugaba con mucha seguridad, no era hombre de cometer errores, más bien era un recogedor de rodados y líneas.

El amigo cibaeño ha tenido de siempre una comunión con Dios mediante la oración y sus plegarias se oyeron desde que tenía ocho años. Él acostumbraba pedirle la oportunidad de jugar béisbol profesional, después en dichas plegarias adicionó solicitarle ser firmado por los Piratas de Pittsburgh.

El sueño del francomacorisano le fue concedido, pues todas sus pretensiones se han visto hechas realidad. Después de una exitosa carrera como amateur, en noviembre de 1964 fue firmado por los Piratas, dado por realizado sus primeros sueños; ese mismo año jugó con los Tigres del Licey, participando en el torneo interligas convenido entre República Dominicana y Venezuela.

Cruz Hernández permaneció como jugador profesional 29 temporadas, incluyendo 15 en República Dominicana, actuando con los Tigres del Licey y las Águilas Cibaeñas y militando con los Leones del Escogido en un playoff. Cruz vio acción en cuatro Series del Caribe, tres con el Licey y una con las Águilas.

En su segundo año como jugador de pelota rentada fue protegido en el roster de 40 con los Piratas de Pittsburgh, convirtiéndose así en el primer dominicano en alcanzar esta hazaña.

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