Nocauts para olvidar

Si son dominicanos duele mas, un poquito menos si son latinos e igual de dolorosos si han sido ídolos. Quizás debo iniciar con esa respuesta una pregunta que me llama poderosamente la atención de parte de un grupo de amigos que nos escribe desde Nueva York, algunos boricuas, pero encabezado por Héctor Peña, y que nos cuestiona sobre el argumento que esgrimido sobre la “derrota” de Sergio -La Maravilla- Martínez ante Miguel Cotto. Bueno, Maravilla fue un gran peleador, pero si fuese por cercanía entonces debería estar a favor de Cotto; pero que bueno que haya sido así para que me comprendan al instante, no se trata de eso, sino de una posición responsable ante un resultado que empaña el deporte y que pone en tela de juicio la veracidad del boxeo. Todos vieron a un hombre cojeando, con dos rodilleras puestas, con las piernas flacas como si estuvo meses enyesado, con una fea pantaloneta tan grande que ocultaban el fraude de sus rodillas operadas, luego se desmoronó como cera al vapor tras recibir el primer “cepillón”, fue puro engaño, e incluso, escribí que Cotto fue inteligente y no lo liquido en el primer asalto para evitar que zozobrara el Madison. Fue una noche muy triste en que chocaron dos grandes, pero de uno solo subió al entablado su sombra con las rodillas podridas. CAMACHO VS. LEONARD: En esa misma línea de idea quiero traer a la mesa de diálogo dos de los momentos mas tristes que he vivido tras un resultado de un combate de boxeo internacional. El primero i fueron, primero, el nocaut sufrido por el astro Sugar Ray Leonard de mano del parlanchín Héctor ñMacho- CamachoÖ En condiciones reales ¿tenía el Macho con que noquear a Sugar? ¡por Dios!, son las cosas que uno jamás quiso ver, es una infamia de la historia. Una mentira que se convirtió en verdad, nadie quiere creer eso aun, fue una noche muy triste esa del primero de marzo de 1997. ¿Que pasó ahí? Sin dudas, las finanzas de Sugar estaban en el suelo tras estar en vicios y llegar el divorcio, no subió por honor al ring, sino por necesidad. DURAN-JOPPY: La otra noche aciaga que recuerdo, fue la del 28 de agosto de 1998 cuando en Las Vegas, William Joppy, el mismo que destronó en el Madison Square Garden el dominicano Julio César Green, le propinó una paliza salvaje al nuestro, al entonces mejor latino e icono de siempre Roberto ñMano de Piedra- Durán. ¿Que pasó?, lo mismo que a Leonard con el Macho, el Cholo panameño estaba en malas, había botado una gran parte de su riqueza y la inestabilidad política en Panamá lo mantenía lejos algo alejado de la casa; decidió coger una par de cientos de miles de dólares ante el mediocre campeón mediano AMB, el gringo Joppy, quien en cinco años atrás no hubiese podido pelear con Durán dos o tres rounds. Mano de Piedra ya tenia 40 años, cansado con 115 peleas realizadas (101 victorias y 14 derrotas), no podía con su alma y Joppy, como si fuera el la leyenda le entró irrespetuosamente y lo apabullóÖ Claro, nadie recuerda a Joppy como un grande; pero a mi me amargó la noche. A estas dos experiencias sumo la de la Maravilla Martínez y la de Juanito (Cotto), el argentino se entregó por dinero.