FIEBRE DE GOLF EN LISTÍN
Golf Municipal
Hola Fiebruses. He escuchado muchas veces la tortuosa frase que reza que “el golf es un deporte de ricos”, y quisiera compartir con ustedes algunas verdades y otras que no lo son. El aura de “deporte de ricos” está más arraigado en nuestro país por una razón muy sencilla: hasta hace unos años (25 a lo sumo), el golf solo se jugaba en nuestro país en muy pocos lugares, y en dos de ellos, el costo era sumamente elevado como para que la clase media tuviera acceso franco: el Santo Domingo Country Club y Dientes de Perro en Casa de Campo. Aunque ya contábamos con un campo en Puerto Plata, aun así, debemos ser honestos: por asuntos de costos, el golf no era para todo el mundo. Hoy en día las cosas han cambiado, y el modelo que seguimos (EEUU), nos ha enseñado que el golf puede ser un deporte que cualquiera puede practicar. Obviamente los costos, por menores que sean, así como las exigencias de la construcción de los campos de golf, nunca van a permitir que este sea un deporte de masas. En los Estados Unidos, por ejemplo, son comunes las canchas públicas administradas por los ayuntamientos municipales, las cuales se convierten en oasis para todo tipo de público, y son un pulmón que ventila ciudades completas. Existe un proyecto por parte de la Federación Dominicana de Golf de construir una academia en unos terrenos ubicados frente a Metaldom, los cuales fueron donados por el Ayuntamiento del Distrito Nacional. Esta donación ha sido criticada por personas que no saben el verdadero valor que significa la posibilidad de que de esa academia salga el próximo Tiger Woods, o un Rory McIlroy que cubra de gloria la República Dominicana. Por si no lo sabía, varios de nuestros grandes representantes en el golf nacional e internacional son caddies procedentes de los estratos sociales más bajos de nuestra sociedad en términos económicos. Juan (Manita) Campusano, Lino Guerrero y Papín, entre otros, son jugadores que han logrado llegar a las posiciones cimeras del golf dominicano gracias a manos amigas que han respaldado esas carreras. Se imagina usted que pudiéramos exportar talento hacia academias de golf internacionales, o a universidades? Quien dice que no? Solo fije sus ojos en el beisbol, y verá de dónde vienen los más grandes talentos del juego. Son muchachos con “hambre de ser”, que, debidamente identificados y con la conducción correcta, se convierten en grandes estrellas. Así que antes de criticar algo que podría resultar positivo para el país, respaldemos esa iniciativa.......quizás, el próximo Tiger Woods esté limpiando vidrios en una esquina. A los fairways!!