El Deporte

BÉISBOL DE AYER

Nino Espinosa murió el 24.12.1987, a los 34 años y fue exaltado a la inmortalidad el 20.10.1996

A las seis y treinta y dos minutos de la mañana del día de Nochebuena, de 1987, dejó de respirar, luego que se hicieran grandes esfuerzos para salvarle la vida, a ese caballero beisbolista que llevó por nombre Nino Espinosa. En la familia se sabía que nuestro personaje había tenido problemas cardíacos desde 1985, año en que inclusive estuvo unos cinco o seis días internado en un centro médico especializado en ese tipo de enfermedades. Espinosa, siempre se mantenía corriendo y haciendo ejercicios en la Academia de los Cachorros, que se encontraba en la ciudad de Moca. De acuerdo a las informaciones que tenemos, Nino tuvo el primer ataque un día antes de su fallecimiento, a las dos de la tarde, mientras se encontraba almorzando en el restaurant Vesuvio de la avenida Tiradentes, en Santo Domingo. De acuerdo a la versión recogida, cuando el ex pelotero se sintió mal, se trasladó hasta la clínica Gómez Patiño para recibir las primeras atenciones médicas. Sus restos fueron velados en la residencia de su madre, en Villa Altagracia, población situada a 42 kilómetros de Santo Domingo, siendo enterrado en el cementerio municipal de su villa de origen. Amigos de Nino lo definieron como una persona altamente humilde y consecuente con todos aquellos que le solicitaban cualquier ayuda, no importa la que fuera. Asimismo, anotaron que su deceso se produjo el mismo día en que una hermana de él cumplía nueve años de haber fallecido. A Nino le habían recomendado a que se sometiera a revisiones periódicas, pero el atleta no obedeció los consejos médicos y tuvo que llegar a ese final triste. A los nueve años de su partida, el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano lo eligió inmortal del béisbol. Aquello ocurrió el domingo 20 de octubre de 1996, en el Ceremonial número 30, realizado en el Hotel Jaragua. En esa ocasión entró a ese sitial de honor, acompañado de figuras deportivas, tales como Juan Núñez, Rafael Ávila, Fidencio Garris, Pablo de la Mota, César Portorreal, Teodoro Martínez y Mayra Paulino. Con esta entrega de hoy, hemos concluido con la historia de quien fuera condecorado como “Águila meritoria del ayer”. El nativo de Villa Altagracia fue todo un exitoso lanzador y un hombre de bien, que supo pasar por la vida dejando huellas de haber sido una persona tratable, que ayudaba al prójimo. Nino, te recordaremos siempre.

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