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El Deporte

CON LOS CAMPEONES

El acontecimiento deportivo del año

Mario Emilio GuerreroSanto Domingo

La victoria en el Tercer Clásico Mundial de Béisbol fue sin dudas el acontecimiento deportivo del año en la República Dominicana. Es más, yo me atrevería a decir que resultó el hecho más destacado de 2013, incluyendo todas las actividades en que estuvieron involucrados los dominicanos en ese período. Grupo especialDesde el encuentro inicial en la ciudad de Tampa, cuando directivos, técnicos y jugadores del equipo dominicano que participaría en el certamen, se reunieron en el camerino del estadio George Streinbrenner Field, previo a la primera sesión de entrenamientos, todos nos dimos cuenta de que estábamos en presencia de un grupo muy especial. Luego de los saludos pertinentes, se celebró un mitin a puertas cerradas en el camerino y a requerimiento del dirigente Tony Peña, cada uno dio las razones de por qué habían aceptado formar parte del seleccionado criollo. Minutos después de finalizar el mitin, el propio Peña contó detalles de lo que allí se habló. Todavía conmovido, reveló que la reunión había sido sumamente emotiva y que hasta lágrimas hubo. Testimonios El manager quisqueyano destacó que cada jugador dio su testimonio de lo que significaba representar al país en un evento internacional y que algunos hicieron un mea culpa de los errores cometidos en el pasado Clásico. Además, y esto fue lo más importante, todos se comprometieron a trabajar duro y en conjunto, con el propósito de ganar el título, dejando a un lado las individualidades. Los resultados de los partidos de preparación ante escuadras de los los Filis de Filadelfia y Yankees de Nueva York, fueron una muestra de lo que estaba por venir. Oraciones de CasillaEn el viaje de Tampa a San Juan, Puerto Rico, para participar en la ronda inaugural del certamen, una vez la aeronave alzó vuelo y todos estaban acomodados en sus asientos, el relevista Santiago Casilla solicitó la atención de los pasajeros y se dispuso a orar y a encomendar el grupo a Dios. Casilla leyó varios pasajes de la Biblia y expresó que quien se encomienda al Todopoderoso, tiene asegurado el éxito. Sorprendió el fervor con que esos hombres escuchaban la Palabra de Dios en boca de Casilla y como aceptaban que, ciertamente, quien pone su futuro en manos del Creador no debe temer al fracaso. Una costumbreQue Casilla orara en ese momento, no fue un hecho aislado, sino que se había convertido en una costumbre que se repitió antes y después de cada juego que celebró el seleccionado dominicano, incluso en la etapa de los entrenamientos en Tampa. Es seguro que el hecho de rezar juntos y pedir a Dios por el triunfo, se convirtiera en el vínculo más fuerte que unió a los peloteros dominicanos, a través de las dos semanas que duró el Clásico. UniónEn Puerto Rico y en las demás rondas, las victorias se sucedieron con asombrosa facilidad y el resto ya es historia. Nada ni nadie pudo detener al seleccionado criollo, que de manera invicta se alzó con el título de campeón. Como sucedió con los Mosqueteros de Dumas, en el conjunto quisqueyano rigió la máxima de “todos para uno y uno para todos”. Si alguien lo hacía bien, era felicitado y se celebraba la hazaña, pero si uno fallaba, se le animaba para que la próxima vez lo hiciera mejor. Así sucedió durante el trayecto completo del torneo. Se olvidaron los rangos y todos eran iguales. No habían grandesligas, ni ligaminoristas, ni jugadores de México, ni jóvenes, ni veteranos, cero distinción. Cada cual tenía la encomienda de aportar a la causa tricolor en la medida de sus posibilidades. Siempre confiadosAlgo vital en la victoria, fue que nunca hubo dudas de que se lograría, ni siquiera cuando Italia estuvo ganando 4-0 en el primer choque de la segunda ronda, en Miami. Todo el tiempo se creyó que se podía y al final se pudo. Tampoco las hubo ante la poderosa escuadra de los Estados Unidos y muchos menos cuando llegó el turno de la revancha frente a Holanda. Y para sellar el triunfo, jamás pasó por la mente de ninguno que contra Puerto Rico la tercera sería la vencida, y por el contrario, siempre creyeron que vencerían por tercera vez a los boricuas para llevarse la corona. ApoyoDeterminante fue también la fuerza de todo un país, que monolíticamente unido, aupó a sus héroes hasta la victoria final. Salve campeones, el pueblo siempre reconocerá su esfuerzo y entrega en esta portentosa epopeya del deporte dominicano.

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