ÚLTIMOS INNINGS
¿Vale la pena buscar siempre la ventaja del platoon?
La semana que concluye fue una bien provechosa para una de las clases sociales más aventajadas de las grandes ligas, el pitcher zurdo relevista especializado. Los afortunados recientes son, sin ningún orden particular: Boone Logan, quien firmó un contrato por tres años y 16.5 millones con los Rockies de Colorado, J.P. Howell de los Dodgers se queda con estos con un contrato garantizado de dos años, una opción y 11.25 millones, prácticamente el doble de su salario anual del 2012. El veterano de 37 años Matt Thornton va a los Yankees a ocupar el rol dejado vacante por Logan, por 2 años, 7 millones, y podríamos incluir también en el grupo la extensión firmada por Javier López de los Gigantes por tres años y 13 millones. David Schoenfield, de ESPN, a propósito de estos eventos, escribió ayer una interesante visión del valor, en términos relativos, de los salarios de estos especialistas en comparación con un abridor –estelar– llegando a la conclusión evidente de que, en una relación directa entre salario y aporte real, estos hombres de brazo equivocado obtienen el equivalente al premio mayor cada vez que se paran en el montículo. COMPARACIÓN: Lo que gana un especialista zurdo por inning versus un abridor estelar. Tomemos el ejemplo comparativo puesto por Schoenfield, entre Boone Logan, Javier López y Cliff Lee. En las últimas tres temporadas Logan ha lanzado en 136 episodios enfrentándose a 583 bateadores en 205 apariciones. López ha participado en 209 partidos, 128 entradas y 536 bateadores enfrentados. En una comparación basada inning a inning, Cliff Lee –el lanzador con salario anual más alto en el 2012, con 25 millones de dólares– enfrentó a 876 bateadores en 222entradas y dos tercios. Eso quiere decir que Lee ganó 112 mil dólares por inning lanzado. Nada mal, ciertamente. Pero, si Boone Logan acumula de nuevo 136 entradas durante los próximos tres años, ganará 121 mil dólares por entrada, o sea 9 mil dólares más que Lee. En términos prácticos –como argumenta David Schoenfield en su escrito– los Rockies están valorando de manera parecida, un buen relevista zurdo situacional con un pitcher abridor de la elite. El béisbol moderno se ha vuelto una feria constante de los llamados “matchups” los enfrentamientos individuales en los que los dirigentes, a partir de la sexta o séptima entrada en grandes ligas (o la cuarta o la quinta, si de liga de invierno se trata) buscan siempre la llamada ventaja del platoon para el equipo que está a la defensa, o sea el lanzador. Ciertamente, la diferencia del platoon existe en el béisbol, y eso es un hecho comprobado. Las estadísticas confirman la existencia de la ventaja, y demuestran además que la misma se maximiza precisamente en el enfrenamiento o matchup de relevista zurdo contra bateador zurdo. ESTRATEGIA: Zurdo contra zurdo, ¿hay un límite para la estrategia? La pregunta, claro está, es ¿cuántas veces el manager a la defensa, obtiene realmente la ventaja del platoon? Eso lo decimos porque el contra-movimiento, o la respuesta del manager a la ofensiva, es traer entonces un bateador derecho para tratar de borrar la desventaja. Durante las últimas tres temporadas 49 relevistas zurdos han lanzado al menos 80 entradas totales. Esos 49 lanzadores han tenido la ventaja del platoon, en promedio, solo el 44.3 por ciento de las veces. De esos hombres, los de mayor porcentaje a su favor han sido: Randy Choate (70.1%), Logan (57.6%), Wesley Wright (57.3%), López (55.8%) y Joe Thatcher (54.7%); Phil Coke es el único otro hombre de los 49 por encima del 50 por ciento. O sea, que por más que los managers busquen la ventaja del platoon, raras veces la obtendrán por encima de la mitad de las ocasiones, y por eso claro, a fin de cuentas lo que usted necesita es un pitcher zurdo que pueda hacer out a los zurdos, pero también a los derechos. Esto nos recordó un brevísimo ensayo escrito por Bill James hace más de una década, a propósito de la búsqueda constante de los managers a la defensa de la ventaja del platoon, y sus conclusiones de por qué al final la estrategia de cambiar constantemente a un lanzador zurdo para tirarle a un bateador zurdo –la especialidad de ciertos managers de nuestro actual campeonato invernal– es tonta y contra producente. Las conclusiones de James, en resumen, fueron: 1) El aumento de la ventaja no es demasiado alto. Y eso lo acabamos de comprobar con el dato del 44.3 por ciento. Todo pitcher zurdo en el béisbol, siempre enfrentará más bateadores derechos que zurdos. 2) La ventaja no es muy significativa. Obtener la ventaja del platoon sobre 100 bateadores no equivale a cinco carreras en una temporada, en grandes ligas. 3) Para conseguir la ventaja, el manager está robándole innings a su sexto, séptimo u octavo mejor pitcher del staff. Eso crea una demanda de pitcheo en todos los equipos mayor a la disponible. La liga de invierno es, claro, una excepción.