PRESENCIA DOMINICANA
Imposibilidad de predecir
El torneo que está a punto de concluir ha sido favorable al pitcheo. De mantenerse la tendencia que se evidencia el Promedio de Carreras Limpias podría concluir como el más bajo de la actual etapa que se inició en el 2000-01. Cuando escribo ese porcentaje colectivo ronda los 3.29 y en el indicado lapso el menor ha sido el del 2007-08 que finalizó en 3.32. En el señalado 2000-01 se comenzó a jugar con el diseño presente de una serie regular de seis equipos con 150 juegos a disputar. Ha sido el periodo más estable en la historia del evento, un total de catorce campeonatos en forma consecutiva bajo el mismo patrón. La forma cómo ha evolucionado el béisbol dominicano requiere segmentar este tipo de resultados cuando se someten a un análisis, en función de la época y el tipo de campeonato que se efectuó. La marca del más bajo PCL del circuito se estableció en el 1967-68 el cual estuvo en 2.61. Fue el año que las Estrellas Orientales ganaron la corona por primera y única ocasión en el béisbol invernal y como equipo su cuerpo monticular encabezó con 2.13. Cinco lanzadores finalizaron con PCL por debajo de 2.00 y tres fueron verdes, el líder individual Larry Dierker tuvo 0.81 y Jim Ray y Danny Coombs 1.90 y 1.99 respectivamente, estos últimos dos lanzando en más de cien entradas. Los otros fueron Chuck Taylor del Licey con 1.69 y Jay Ritchie de los Leones quien alcanzó 1.86. Los orientales completaron su formidable grupo de abridores con los criollos Silvano Quezada (2.05) y Chichí Olivo (2.17). A pesar de eso los más bajos PCL de un conjunto ocurrieron en las campañas de 1963-64 y 1964-65, las únicas ocasiones que estuvieron por debajo de 2.00 y fueron las Águilas en el primer caso con 1.92 y el Escogido al año siguiente con 1.93. No puede ser casualidad que eso ocurrió en los torneos en que se realizaron los juegos interligas con Venezuela. Lo que pueda ocurrir en esa materia este año debe tomarse dentro del contexto que se determina. En un torneo tan cercano como el del 2008-09 se impusieron récords extraordinarios de ofensiva cuando se dispararon 295 jonrones y el OPS fue de .789 lo cual también estableció que el PCL general subiese a 5.07, el más alto de la historia y la única vez que ha estado por encima de 5.00. Pero también hay que poner el asterisco que ese año se verificaron juegos interligas con el circuito de Puerto Rico. Sin embargo al año siguiente se volvió a jugar en combinación con los boricuas y esos números se ubicaron en un nivel de normalidad. Estas reflexiones provocan pensar que el béisbol que se juega en los circuitos invernales posiblemente sea la actividad humana que refleja con mayor claridad que el conocimiento del pasado no es la forma más segura de pronosticar el porvenir.