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El Deporte

PRESENCIA DOMINICANA

Robando impunemente

Tony Piña CámporaSanto Domingo

El intermedista de los Gigantes Leury García ha estado fuera de juego desde hace una semana pero en su último partido frente al Licey en la primera oportunidad que tuvo logró su décima base robada sin ser atrapado. El año pasado encabezó ese departamento entre los que tuvieron por lo menos diez intentos. Se robó nueve de once al igual que Félix Pie de las Estrellas con el que finalizó empatado. Eugenio Vélez también de los verdes alcanzó mayor volumen, veinte robos, pero lo atraparon ocho veces causando más daño que beneficio para su equipo. Lograr cifras dobles en estafas sin que lo cacen en el intento no es muy común en el béisbol dominicano. La última vez que alguien logró algo así fue Danny Richard con los Toros en el 2010-11, exactamente diez robos, pero desde que se comenzó a compilar esa estadística en el 1971-72 únicamente otros tres jugadores han concretado la hazaña. El primero y dueño de la marca fue Manny Alexander en 1994-95 con las Estrellas cuando hurtó 16 almohadillas libremente. Luego George Lombard de los entonces Pollos del Cibao en 2001-02 y Henry Mateo al año siguiente con el Licey, consiguieron respectivamente catorce robos sin nunca ser atrapado. El círculo es exclusivo y García tiene posibilidades de engrosarlo. El máximo artífice de esta jugada en el béisbol dominicano, Miguel Diloné, nunca tuvo una campaña de impunidad. No obstante sus resultados fueron muy buenos, realizó 497 intentos y lo logró en 395 para un promedio de 79.5 de éxito. Incluso en las dos temporadas que estableció las marcas de cuarenta o más lo hizo con porcentajes de 81.6% en 1975-76, cuarenta robos en 49 intentos y al año siguiente superó la cantidad y el promedio al estafarse 44 almohadillas y solo ser atrapado cuatro veces para un formidable 91.7%. La media que identifica a un robador de bases productivo es 75%, sobre ese porcentaje se reconoce la maestría en este lance. Esto porque cuando un corredor es atrapado en las bases su equipo retrocede tres pasos en su intento de anotar. Pierden un corredor, no consiguen la base extra y le realizan un out. El escenario cambia de repente, por ejemplo, de hombre en la inicial sin out a bases limpias y un out. Si se analiza el robo de base desde el punto de vista del promedio, a Esteban German se le debe colocar en situación de privilegio. De 224 intentos solo lo han atrapado 39 veces logrando un resultado de 82.6%, el mejor entre los que ocupan los primeros lugares de ese encasillado vitalicio. De hecho es el número dos y quien le sigue en volumen, Luis Polonia, fue en ese aspecto más perjudicial que beneficioso, lo cazaron 82 veces en 266 intentos para un pobre 69.2% de éxito.

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