El Deporte

TRIPLE TEAM

Jack Michael ha sido constante en la selección basket criolla

Jack Michael Martínez tiene la virtud de los grandes atletas. Es un jugador que despierta las pasiones y ante el cual no hay término medio: O se le quiere o se le aborrece. Desde su surgimiento en el firmamento del baloncesto nacional como integrante de la selección sub-21 que fue campeona centroamericana, medalla de bronce panamericana y cuarto lugar en el Mundial de Saitama, Japón (2001), el nativo de Buenos Aires de Herrera se proyectaba como un jugador especial. Su trayectoria no ha hecho quedar mal a los que así pensaron. Su paso exitoso por varios países lo ha confirmado. Sin embargo, junto a su calidad como jugador también se ha creado una fama poco atractiva. Se le sindica –a veces justamente– como un hombre irascible, de temperamento fuerte y de conducta impropia. Su curriculum como jugador es impresionante: dos veces campeón y jugador más valioso en Venezuela, campeón rebotero en seis países diferentes (Chile, Venezuela, Italia, Puerto Rico, México y República Dominicana). Como integrante de la selección nacional se ha trasformado en la constante de calidad. No importa si están o no los NBA, los NCAA, los “europeos”, los del patio. No importa si es un premundial, un centrobasket o un Centroamericano y del Caribe, Jack Michael siempre está luchando, casi siempre, ante jugadores que superan su estatura de 6 pies, 8 pulgadas. La otra cara Pero también está la otra cara de la moneda: diferencias con entrenadores (Julio Toro en Venezuela, el más reciente), con adversarios, multas, suspensiones, peleas (incluyendo una famosa con Marlon Martínez en 2006) han empañado su carrera y dado pie a sus críticos para atacarlo. Con sus virtudes y defectos, más allá de todo lo que se pueda argumentar, definitivamente y sin exagerar, estamos en presencia de uno de los talentos más especiales que ha dado el baloncesto dominicano. Sus habilidades y talentos tal vez no estén a la par de los Sibilio, Cabrera, Muñoz, Horford, García, Villanueva, entre otros. Pero a la hora de evaluar sus hazañas, su rendimiento dentro y fuera del país, su entrega a la escuadra tricolor, Jack Michael tiene su puesto asegurado en la historia. Ayer, cuando parecía que otra vez Islas Vírgenes Americanas se metería en el camino de República Dominicana en un certamen internacional, surgió la figura de Jack Michael con uno de sus mejores partidos con el unifome nacional: 32 puntos y 12 rebotes. Fue él quien mantuvo al equipo a flote tras caer detrás en los primeros tres cuartos, con el eficaz apoyo de Kelvin Peña y Joel Ramírez. Solo los 34 puntos frente a México, el 27 de julio de 2006 en Cartagena, Colombia, superan los tantos anotados ayer por Martínez. Aunque no sea del agrado de muchos, hay que quitarse el sombrero ante él.

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