El Deporte

CON LOS CAMPEONES

En honor al inmortal Mateo Rojas Alou

Mario Emilio GuerreroSanto Domingo

Mateo Rojas Alou, Inmortal del Deporte Dominicano y gloria de nuestro béisbol, se encuentra aquejado de serios problemas de salud. Mateíto, como siempre se le conoció en la pelota nuestra, ha sido uno de los grandes jugadores dominicanos de todos los tiempos. En su honor y para que las nuevas generaciones conozcan sus hazañas, le dedico la columna de hoy, al tiempo que elevo preces al Creador por su pronta recuperación. Mateo Rojas Alou nació el 22 de diciembre de 1938, en el poblado de Haina. Él forma parte de una prestigiosa familia de jugadores de béisbol, que incluye a sus hermanos Felipe y Jesús, su primo José Sosa y a sus sobrinos Moisés Alou y Melquíades Rojas. Bateador zurdo, de 5 pies, 9 pulgadas de estatura y 160 libras de peso, en sus días de jugador, fue firmado como profesional en 1957 por los Gigantes de Nueva York, un año antes de que la franquicia se mudara a la ciudad de San Francisco. Después de sólo tres años en los circuitos minoritarios, el mediano de la trilogía Rojas Alou debutó en las Grandes Ligas el 26 de septiembre de 1960, vistiendo el uniforme de los Gigantes. En su primera estación en el Big Show, únicamente agotó tres turnos y disparó un sencillo, con una carrera anotada. Entre 1961 y 1965 se desempeñó como jardinero alterno y bateador emergente, ya que la abundancia de jardineros de calidad en el equipo de los Gigantes, que contaban en sus filas con outfielders de la talla de Willie Mays, su hermano Felipe, Harvey Kuenn e incluso el inicialista Willie McCovey, quien con frecuencia se desempeñaba en los bosques, impidió que pudiera establecerse como jugador regular. Su mejor labor con la organización de los Gigantes se produjo en la campaña de 1961, cuando bateó para promedio de .310, al conectar 62 hits en 200 visitas al plato, incluyendo 7 dobles, 2 triples y 6 cuadrangulares, empujó 24 vueltas y anotó 38. Golpe De SuerteEl 1 de diciembre de 1965 los Gigantes lo transfirieron a los Piratas de Pittsburgh, a cambio de su compatriota Osvaldo Virgil y el lanzador zurdo Joe Gibbon, negociación que dio un giro de 180 grados a su carrera. En Pittsburgh, conoció a Harry “El sombrero” Walker, un especialista ofensivo, que de ser un pelotero normal y corriente, lo convirtió en uno de los mejores bateadores de promedio de su época. Los frutos del trabajo de Walker no se hicieron esperar y en 1966, su primera temporada con los Piratas, Mateo conquistó el campeonato de bateo de la Liga Nacional con average de .342, convirtiéndose en el primer jugador dominicano en realizar tal proeza en la historia del béisbol. Para demostrar que esa extraordinaria labor no había sido producto de la casualidad, sino el resultado de un exitoso experimento que le permitió explotar sus extraordinarias habilidades ofensivas, Rojas Alou terminó con promedios por encima de .330 durante las siguientes tres campañas, al conectar .338 en 1967, .332 en 1968 y .331 en 1969. BATALLA CON ROSEEn las postrimerías de la estación de 1968, Mateo sostuvo una feroz batalla con Pete Rose, de los Rojos de Cincinnati, por la corona de bateo del viejo circuito. Ambos llegaron al último fin de semana de la temporada prácticamente igualados, ostentando Rose promedio de .33224 y Rojas Alou con average de .33150. El viernes 27 de septiembre, en el partido inicial de una serie frente a los Gigantes de San Francisco, en el Crosley Field, de Cincinnati, el jugador de los Rojos bateó de 7-1, en un encuentro que se extendió a 15 entradas y bajó a .33009. En esa fecha, en el Wrigley Field, Mateo no disparó de hit en cuatro turnos ante los Cachorros y también descendió, situándose en .32909. Al día siguiente, nuestro compatriota conectó de 4-4 en Chicago y su promedio se elevó a .33393, pero increíblemente y casi al mismo tiempo, Rose también tuvo una jornada perfecta con el bate y se fue de 5-5 en Cincinnati, para poner su average en .33547. Esa tarde sabatina se decidió el ganador del título, ya que en la jornada final de la campaña, Rojas Alou falló en cuatro visitas al plato y terminó con marca de .332, en tanto que su rival ligó un hit en tres oportunidades y subió promedio a .335, que le hizo acreedor de la corona. Hazañas NotablesAdemás del título de bateo que ganó en 1966, Mateo Rojas Alou registró significativos logros en su carrera de 15 años en las Ligas Mayores, de los cuales estos son los más importantes: en 1968 y 1969 fue seleccionado para el Juego de Estrellas como representante de la Liga Nacional (LN); en dos ocasiones encabezó la LN en turnos al bate, 1969 con 698 y 1970 con 677; líder de hits de la LN en 1969 con 231; registró dos campañas de 200 ó más hits, 1969 con 231 y 1970 con 201; en 1969 y 1970 lideró el viejo circuito en hits sencillos con 183 y 171, respectivamente; primero en dobles de la LN en 1969 con 41; de 1966 a 1969 quedó entre los mejores cuatro bateadores de la LN (primero, 1966; tercero, 1967; segundo, 1968 y cuarto, 1969): su total de turnos en 1969 representa un récord vigente de las Grandes Ligas para un bateador zurdo; en 1970 apenas se ponchó 18 veces en 677 turnos, para una media de un ponche por cada 37.6 visitas al plato, líder en la LN en este departamento; en 1971 terminó segundo en la LN en menor frecuencia de ponches por turnos al bate (22.6); tercero en 1968 (21.5) ñ 1969 (19.9) y cuarto en 1967 (12.1); en 1972 fue miembro de los Atléticos de Oakland cuando ganaron la Serie Mundial; terminó su carrera con promedio de .307. EquiposEn su trayectoria en las Ligas Mayores, Mateo vistió el uniforme de 6 conjuntos, Gigantes de San Francisco (1960-1965); Piratas de Pittsburgh (1966-1970), Cardenales de San Luis (1971, 72 y 73), Atléticos de Oakland (1972), Yankees de Nueva York (1973) y Padres de San Diego (1974). Luego de su retiro en 1974 de las Grandes Ligas, jugó tres temporadas en Japón con el club Taiheiyo Club Lions.

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