LUICHY EN BÉISBOL
Inquietudes sobre posible sede Clásico
Durante el desarrollo del recién concluido Clásico Mundial de Béisbol (CMBe), cuando el equipo dominicano actuaba en Puerto Rico se anunció la solicitud oficial de sede para la República Dominicana con miras a la tercera edición, proyectada para el año 2013, con la misma aspiración de autoridades venezolanas que buscan el respaldo del presidente Chávez para hacer el anuncio oficial. Poco después y por “enésima” ocasión, cuando el clásico se efectuaba en Miami se dio a conocer un ambicioso proyecto de remodelación del estadio Quisqueya y su entorno (el presidente Fernández también se refirió al tema hace un mes), similar a uno frustrado en Santiago hace pocos años con el estadio Cibao y el otrora Palacio de los Deportes “Dr. Oscar Gobaira” (hoy privatizado Arena del Cibao). No perderé tiempo refiriéndome a prioridades, porque ese es uno de muchos conceptos dignos que no existen en lo que queda de un país llamado República Dominicana (los gobernantes han ido acabando con él más rápido que lento). Lo que no entiendo es por qué relacionar el referido proyecto con el próximo CMBe, si se desconocen los escenarios y si hay garantías de que obtendremos la sede, y para perseguirla primero hay que asegurarse de que nuestros peloteros entiendan lo que significa ese compromiso patriótico, pero eso es muy difícil. ¿SEDE R.D. vs P.R.?.- Lo que uno supone es que el estadio Quisqueya busca desplazar al Hiram Bithorn y eso también se desconoce, pero parece lo lógico, aunque uno podría ser sede en la primera ronda y otro en la segunda, además de que existen intenciones de añadir ocho equipos. Si el proyecto anunciado esta vez en Miami es factible para el país, que se ejecute, pero que lo sea sin subordinarlo al CMBe. Inquietan las manifestaciones de los aficionados, quienes perciben como un trago muy amargo la relación de los principales ejecutivos de la Lidom con esta sede, porque al descrédito en que quedó la actuación dominicana en Puerto Rico se les une el descrédito en que quedó la pelota otoño-invernal dominicana en la pasada temporada. Aclaro algo, lo digo con absoluta sinceridad, ambos conflictos son perfectamente rescatables por las mismas entidades y personas (Lidom y directivos del CMBe, doctor Matos, Stanley, Ravelo, Chilote, Noboa, Soto etc.), a quienes considero con sobrada capacidad para hacerlo, el problema es que la gente intuye otra cosa y eso es muy preocupante. Cuando dejamos que la intuición prevalezca sobre la precisión, algo anda mal. EN EL 2013.- Enfocándome en Santo Domingo como posible sede del CMBe en el 2013, si es para competir con Puerto Rico hay metas a establecer y una de las más importantes es cómo lograr en el estadio Quisqueya un promedio de asistencia de por lo menos 14 mil espectadores por juego. Señalo esa cifra porque el promedio que hubo en el Hiram Bithorn en los seis juegos de este año fue de 14,450. En los tres enfrentamientos que intervino el equipo de Puerto Rico ese promedio fue de 18,786 y en los otros tres 10,123. Revisando el 2006, en Puerto Rico se efectuaron dos rondas y 12 juegos, con un promedio de 13,886 (18,869 por juego cuando jugaba Puerto Rico y 8,904 en los otros). En las otras sedes de este año, los promedios de asistencia en la primera ronda fueron los siguientes: 1) En Tokio 28,352 (43,982 cuando actuaba el equipo local y 12,722 en los demás); 2) En México fue 15,444 (17,000 con el conjunto local y 12,333 en los otros); y 3) En Toronto 17,317. Aquí al primer juego (USA vs Canadá) pagaron 42,314, mientras que en los otros cinco la mayor asistencia fue 13,272 y la menor 10,450 (ambos Venezuela vs Italia); EN LA SEGUNDA RONDA.- 1) En Miami el promedio en seis partidos fue 19,066. En el que Puerto Rico noqueó a USA pagaron 30,595 y en el que USA eliminó a Puerto Rico 13,224. En los dos juegos de Países Bajos (el híbrido holandés que eliminó a República Dominicana) asistieron 17,345 vs Venezuela y 11,059 vs USA; y 2) En San Diego promedió 15,297. En las dos derrotas de México se produjeron la mejor (22,337 vs Corea) y la peor (9,329 vs Cuba). En las dos blanquedas que Japón le recetó a Cuba, en la primera pagaron 20,179 y en la otra 9,774.