El chance callado del cubano Juan Carlos Gómez

La historia de los latinoamericanos en el peso completo es triste, tan, que el único monarca que hemos tenido fue el señor John Ruiz, como ven su nombre: mitad gringo y mitad latino, y su calidad también a medio.

La pálida historia de los pesos pesados de habla hispana tras coronas mundiales inició en Nueva York el 14 de diciembre de 1923 con las siete caídas en dos rounds sufridas por el argentino Luis Ángel Firpo sobre el monarca Jack Dempsey, quien retuvo el cetro, pero de forma extraña, la única caída que le propinó “El Toro Salvaje de las Pampas” sacó a Dempsey del ring y duró 17 segundos para incorporarse... ¡ahí debió surgir el primer campeón latino!, pero esos son asuntos históricos que nadie cambiará.

Este sábado volverá el chance de coronarse en la división pesada para un latino, sin bulla ni celebraciones y sin ninguna posibilidad según la crítica internacional, yo le veo cierto chance, por razones que explicaré en la conclusión de esta columna.

Desde la de Dempsey-Firpo han transcurrido no tantas peleas titulares con latinos, pero sí más de una docena que ha envuelto a hombres de calidad y otros mediocres, sin chance absoluto: Oscar Natalio Bonavena, Manuel Ramos, José Román, Alfredo Evangelista, Ossie Ocasio, Leslie Steward, John Ruiz, Fres Oquendo, Carl Davis Durmond y mañana, el cubano Juan Carlos Gómez. Hasta hoy, Ruiz ha sido el único en gobernar el máximo peso.

Otros latinos se han quedado o están en el camino de una pelea titular: José Ribalta, de Cuba; sus compatriotas Jorge Luis González y Odlaniel Solís; el boricua Carlos de León; el mexicano Cristóbal Arreola; los dominicanos Bartolo Soni, Fernely Féliz y Santiago de Paula; entre otros.

A pesar de Ruiz, que entiendo fue una figura hecha por Don King en un momento desastroso del boxeo mundial en el 2000, los peleadores latinos han sido un desastre total en el peso máximo, no ha surgido una figura de respeto que parezca un proyecto, siquiera un proyecto, de un campeón de los pesos completos.

Muchos han venido de los pesos pequeños, semipesado y crucero, como es el caso del propio Juan Carlos Gómez, un gran monarca de las 190 libras, pero con un buen chance ante un hombre que le aventaja en todo. ¿No es una contradicción? Realmente no, simplemente un chance entre lo que parece imposible: Gómez tiene una gran experiencia de boxeo amateur y profesional, ha sido campeón de verdad y tiene la escuela cubana y la maldad de la pegada, puede conectar fulminante con la derecha y no es un blanco fijo, se mueve bien todavía a su edad, que es su mayor rival. Ya debe tener 40 aunque dice 35.

El chanceJuan Carlos Gómez es el latino de mayor respeto que va tras la corona pesada, y nadie le da chance, tiene un récord de 44-1, 35 nocauts, con guardia zurda, con la experiencia de 10 defensas exitosas del peso crucero. Como pesado ha ganado 10 combates, tiene un nulo y una derrota. Se medirá al mejor, eso sí, tendrá de frente al mejor titular de hoy: Vitali Klitschko: 36 victorias, 35 por nocaut, 2 derrotas; pero recuerden que el señor Vitali, que reina en el CMB, y de otros lados manda su hermano Vladimir (OMB-FIB), se retiró del boxeo por problemas con sus rodillas y para dedicarse a la política. Y aunque regresó a recuperar su corona, frustrado por ambos motivos que le llevaron al retiro, pues no han sanado sus soportes y cogió dos dolorosas derrotas buscando la alcaldía de Kiev, capital de Ucrania. Vitali ha realizado una pelea, de nueve asaltos, entre el 2004 y el 2008.

Esto me indica que ante Gómez tendrá que caminar mucho el ring, ¡cuidado con sus rodillas!, y podría conseguir muchos golpes de encuentro; Alemania es la tierra adoptiva de ambos, así que el público estará dividido y yo, también veo a un Klitschko muy superior en el papel, pero con un peligro real dentro del ring, ya que pierda o gane, Juan Carlos es el mejor latino que haya subido en busca de la faja completa.