¿Qué es el perjurio en justicia de EEUU?

SANTO DOMINGO.- ¿Cuáles son las implicaciones de cometer perjurio ante una investigación del congreso de Estados Unidos, como ocurre con el jugador Miguel Tejada? ¿Qué tipo de implicaciones y penalidades presenta? El abogado José Alberto Ortiz Beltrán, especialista en derecho penal y proceso penal, respondió de la siguiente forma a un requerimiento de Listin Diario:

“El perjurio consiste en mentirle a oficiales investigadores tanto del gobierno federal americano, como del Congreso. También se considera perjurio mentir cuando se está declarando ante un tribunal.

“El perjurio es considerado delito federal en Estados Unidos.

Es un delito menor y se sanciona con una pena máxima de 1 año de cárcel. En el caso de Miguel Tejada, el hecho de él firmar un acuerdo con los fiscales federales para declararse culpable, le permitirá a los fiscales federales pedirle al juez una pena menor, que podría ser de varios meses.

La posibilidad de que Miguel Tejada pase un tiempo, aún sea breve, en una cárcel federal norteamericana, es bastante alta.

“Aunque la investigación confirma la realidad de que los investigadores del Comité Congresional no le tomaron juramento cuando le entrevistaron en el año 2005, Tejada acordó con ellos exponer sólo la verdad y proveer respuestas verdaderas. La publicación del Informe Mitchell reveló una discrepancia con las declaraciones de Tejada y el Congreso le solicitó al FBI una investigación alrededor de Tejada, a los fines de verificar si él mintió. Aparentemente lo hizo, ya que el mismo Tejada acordó con los fiscales federales admitir que mintió a cambio de una pena menor, que podría ser de 1 a 6 meses de cárcel. Su admisión de ayer en una corte de Washington así lo confirma”.

“El perjurio es considerado delito en Estados Unidos porque el mentirle a una autoridad puede conducir a otro delito, que es la obstrucción de justicia. Es el mismo delito que se le imputó a Bill Clinton, cuando le mintió a fiscales federales sobre su relación con Mónica Lewinsky.

A Bill Clinton le pudo haber costado su presidencia y no la perdió, ya que el Congreso, ante su popularidad, decidió no presentar una acusación formal en su contra para que se le hiciera un juicio político.”