Inversión, desarrollo y políticas públicas para promover la ciencia y la tecnología

El Estado, la regulación de los marcos normativos y el impacto social y económico de la ciencia y la tecnología de un país se mide no solo por los niveles de inversión, la asignación de recursos y los avances en infraestructura, sino también por el comportamiento innovador, el desarrollo institucional y la formación constante de capital humano que llevan adelante los gobiernos.

Un ámbito no existe sin el otro y, a la vez, cada espacio tiene la potencia suficiente para resaltar la tarea y los hitos de un país en esos campos.

El caso de América Latina y el Caribe es paradigmático en este sentido. Según un estudio reciente de la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología (RiCyT) de la UNESCO, la región invierte el 0.6% de su PBI en el campo de la investigación y el desarrollo, y aporta apenas el 2.32% de la inversión global en ese campo.

Dicho esto, el número de investigadores y científicos ha aumentado casi un 50% en los últimos años, y se registra un crecimiento en los niveles de inversión provenientes del estado, las universidades y los organismos de ciencia y tecnología que posiciona a esas instituciones como actores fundamentales para el desarrollo de sus países.

Ese crecimiento incluye, por un lado, un aumento considerable en las publicaciones científicas y en el registro de patentes por invención y, por el otro, un esfuerzo también creciente de los gobiernos nacionales y subnacionales para integrar, simplificar y automatizar tecnologías como la de Inteligencia Artificial a sus procesos burocráticos para así contribuir a la mejora de la eficiencia y el rendimiento en la oferta de bienes y servicios.

En este último campo se destaca el trabajo de República Dominicana que, según el Government AI Readiness Index 2023 -herramienta desarrollada por la consultora inglesa Oxford Insights para medir el estado y avance de los gobiernos nacionales en materia de Inteligencia Artificial-, se ubica en el séptimo lugar entre los países latinoamericanos en lo que hace a la prestación de servicios públicos en el campo de la IA.

Allí se instala además el trabajo conjunto que desde CAF -banco de desarrollo de América Latina y el Caribe llevamos adelante junto a la Oficina Gubernamental de Tecnologías de la Información y la Comunicación (OGTIC) de ese país para la creación e instalación de una red de Centros de Cómputo de Alto Rendimiento (HPC).

El mecanismo iniciará sus operaciones a través de la instalación de locaciones en el país y Chile, y luego se extenderá a lo largo de todo el continente para impulsar la innovación, la investigación científica y la adopción de herramientas tecnológicas en sectores productivos y de servicios.

Además, desde CAF establecimos una serie de sinergias con organismos como la UNESCO para apoyar a República Dominicana y otros países de la región en sus procesos de construcción de estrategias en Inteligencia Artificial para los ámbitos de ética, regulación, talento humano, investigación y desarrollo en infraestructura.

En esa línea se instauran las Cumbres Ministeriales y de Altas Autoridades sobre la Ética de la Inteligencia Artificial que ya tuvieron un antecedente en Chile y próximamente tendrán lugar también en Uruguay.

El objetivo fundamental de estos encuentros es crear espacios de liderazgo para la gobernanza y la regulación de la Inteligencia Artificial.

Y, hasta el momento, han contado con la presencia y el interés de representantes y referentes de República Dominicana, Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Jamaica, México, Perú, Paraguay, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Venezuela.

En la reciente asunción presidencial del mandatario dominicano, Luis Abinader, CAF reafirma su compromiso con el país para fortalecer y estimular todos sus ámbitos de desarrollo, que incluyen por supuesto, el trabajo en el sector científico y tecnológico. Vemos muchísimas oportunidades en los campos de la innovación estatal, así como en la mejora de servicios de telemedicina, educación, seguridad y transporte. El impacto social y económico de la ciencia y la tecnología es una oportunidad formidable para mejorar las condiciones de vida de las personas, y República Dominicana y América Latina y el Caribe tienen las herramientas para hacerlo.

*El autor es vicepresidente corporativo de Programación Estratégica de CAF -banco de desarrollo de América Latina y el Caribe.