Industria

Persiste escasez de azúcar en los mercados del país

República Dominicana pasa por una situación turbulenta con respecto a la demanda y producción de azúcar a nivel nacional, revirtiendo la imagen histórica que tenía de ser una potencia azucarera.

Los detallistas alegan baja en suministros de productores.ARCHIVO/LD

República Dominicana pasa por una situación turbulenta con respecto a la demanda y producción de azúcar a nivel nacional, revirtiendo la imagen histórica que tenía de ser una potencia azucarera.

Por un lado, los productores de azúcar han visto mermada su producción, teniendo que el gobierno recurrir a la importación del producto, mientras que los comerciantes denuncian la escasez y una distribución equitativa de la hoy preciada materia prima.

El pasado junio, el ingenio Central Romana finalizó su zafra 2022-2023 con el detalle de que cerró con casi un millón de toneladas menos de caña molida, con respecto al período pasado, argumentado que la sequía impactó los resultados de la zafra, misma situación climatológica que afectó a otras entidades azucareras.

Esto derivó a que la última zafra tuviera disminuciones en su producción y, por tanto, la especulación de una escasez, que fue negada en un principio por el director del Instituto Azucarero Dominicano (Inazucar), Máximo Pérez, quien luego anunció un contingente arancelario de 75,000 toneladas de azúcar.

Unos meses después de este anuncio, la semana pasada arribó al país, específicamente al puerto de La Romana, un barco carguero con 20,000 toneladas de azúcar, como parte de contingente arancelario aprobado y para mitigar el déficit que varios comerciantes han denunciado.

La falta de azúcar

A pesar de las constantes afirmaciones desde el gobierno de que no hay escasez de azúcar, los comerciantes expresaron una posición diferente, denunciando dificultades para conseguir el producto.

La Asociación de Detallistas de Distrito Nacional reveló que el desabastecimiento de azúcar sigue afectado el mercado local, pese a los anuncios hechos por el Gobierno.

El presidente de esa organización, Antonio Tejada denunció que “los productores azucareros han restringido los despachos y los detallistas nos hemos manejado con desabastecimiento durante los meses de junio, julio y agosto”.

Asimismo, exigió que haya una distribución equitativa en la importación de las 75,000 toneladas de azúcar, anunciada por el gobierno, de la cual recordó que ya han llegado unas 20,000 toneladas.

Idéntico pedido fue realizado desde la Asociación de Mayoristas de Provisiones de Santo Domingo (Amaprosado), cuyos dirigentes reiteraron la necesidad de abastecer el mercado local.

El presidente de esa entidad, Andrés Cosma, pidió la intervención del presidente de la República, Luis Abinader, para evitar que haya “inconvenientes” en la distribución del azúcar.

“Esperamos que no ocurra lo mismo que con los recursos del encaje legal dispuestos por el gobierno, donde las mipymes quedaron fuera y el dinamismo económico no surtió el efecto deseado”, recordó el dirigente.

No obstante, desde el Consejo de Defensa de los Derechos del Comercio (Codeco), culparon a los productores de azúcar del desabastecimiento y de los altos precios del producto.

El presidente de esa organización aseguró que, a pesar de que no están en capacidad de abastecer el mercado local, los productores “se niegan a que el Gobierno elimine los aranceles para su importación”, teniendo que pagar precios “muy altos” al azúcar procedente de otros países.

“El problema principal radica en que los productores quieren vender su azúcar al mismo precio que la importada y ponen trabas para evitar que los precios bajen”, aseguró el dirigente.

Otro caso reciente de desabastecimiento sucedió el Puerto Plata, donde varios establecimientos denunciaron que no tenían disponibilidad de la azúcar blanca y otros limitaron la cantidad que pueden adquirir los clientes.

Comerciantes y productores citan que la situación de escasez de azúcar no se producía desde la década de 1980, cuando en el Gobierno del presidente Salvador Jorge Blanco se presentó una situación similar, que afectó sensiblemente a productores de dulces, reposterías, cafeterías y otros negocios.