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Impacto de las políticas de Trump en la economía dominicana

Evaluar las medidas que promueve el presidente Trump exige separar el real-politik de la exuberancia verbal, aunque no hay duda alguna de que existe en Estados Unidos una determinación absoluta hacia lo que puede llamarse la “reindustrialización americana”.

Trump expresa sus deseos en forma autoritaria, como si los mismos se pudieran materializar por arte de magia. En la práctica lograr estos objetivos exige de una ejecución compleja y costosa. Con Trump, el “que” está muy claro. El “como” requiere más trabajo y no siempre es posible. Con esta perspectiva evaluamos las políticas realmente relevantes de Trump y los Estados Unidos, y sus efectos en la economía de la RD.

La Reindustrialización Americana es un proceso más complejo y profundo que simplemente lograr que retornen las empresas industriales al territorio de Estados Unidos (o al de países amigos). Por supuesto, termina la “globalización pura” y se pasa al “friend shoring”. Es una visión política del poder, influencia y del rol de los Estados Unidos en el mundo, con diferenciadores económicos, pero con trasfondo ideológico y político.

Hace tiempo que muchas personas en las sociedades desarrolladas culpan de su descontento e irrelevancia existencial a la globalización y los migrantes ilegales. El Brexit (2016) fue el primer evento transcendental. Globalización y migrantes son el chivo expiatorio y se han convertido mundialmente en la esencia del discurso político del populismo de derecha (que hoy encarna Trump en Estados Unidos) y que ha contagiado hasta a pensadores liberales clásicos como Fukuyama o Sandel.

Para que se catalizara una respuesta política y económica a este descontento solo faltaba la chispa que supuso la invasión de Rusia a Ucrania. El proceso se volvió irreversible con el apoyo irrestricto de China a Rusia en esta aventura.

Podemos ver también la reindustrialización como un eje central de la “seguridad nacional”, dada su utilidad adicional en privar a los adversarios de los Estados Unidos, de recursos económicos y de tecnología de punta.

La estrategia de la reindustrialización se estructura sobre cinco ejes fundamentales:

1) Gasto Público masivo para actualizar la infraestructura (puertos, energía, etc.). Estas inversiones son enormes y han contribuido al alto déficit fiscal de ese país (en el orden del 6.7% del PIB en 2024).

2) Ayudar- subsidiar al sector privado para que se involucre en el proceso. Desregulación, apoyo financiero y exención de impuestos son las herramientas favoritas.

3) Reducir el precio del petróleo. Mientras se hace competitiva la industria americana, se reduce la principal fuente de ingresos de Rusia, Irán, Saudí Arabia y otros países adversarios de Estados Unidos. Trump ha llegado tan lejos como de acusar públicamente en Davos (23-1-25) a Saudí Arabia de ser en parte culpable de la duración de la invasión de Rusia a Ucrania.

Ya Estados Unidos ha aumentado su producción y exportaciones: mientras en 2018 exportaba 2 millones de barriles de petróleo diarios, en 2024 se exportaron 3.5 millones diarios (+75%); en cuanto al gas (GNL), de 1 billón de pies cúbicos en 2018 las exportaciones norteamericanas han pasado a 3.5 billones en 2024 (+250%).

En el gobierno de Biden se aprobó la ley “Inflation Reduction Act” (2022), con apoyo tanto de demócratas como de republicanos. Esta ley destina US$783 Billones para el desarrollo de energías, sean renovables o no.

Trump ha sacado a los Estados Unidos del Acuerdo de Paris sobre control de emisiones de gases de efecto invernadero y su mandato sobre energía tiene el eslogan “DRILL, BABY, DRILL” que promueve la perforación petrolera y el “fracking”.

De momento el precio del petróleo está casi US$20 dólares más barato que el día de la invasión de Rusia a Ucrania.

4) Cerrar o limitar el acceso al mercado americano de las exportaciones de países adversarios, imponiendo aranceles.

5) Retrasar el desarrollo económico de países adversarios, privándoles de tecnología, particularmente vía monopolizar los chips de última generación. Aranceles y control de chips afectan particularmente a China, aunque esta parece haber encontrado la forma de hacer modelos satisfactorios de Inteligencia Artificial sin los chips de última generación.

En la ley “Chips & Science” (2022), de la administración Biden, pero con apoyo bi-partisano, entre otros incentivos se apropian US$ 39 millones para donarlos a las empresas de chips de alta tecnología instaladas en territorio americano. Intel, por ejemplo, ya ha recibido US$ 7.86 billones para una fábrica de chips.

Estos objetivos afectan a la Republica Dominicana, unos positivamente, otros negativamente:

1. Energía: Para RD, toda baja de precios del petróleo y el GNL es una bendición para la balanza de pagos. Los precios del petróleo y el gas deben bajar en la medida que se sumen a las ya altas exportaciones petroleras norteamericanas, las derivadas del mandato de Trump “DRILL, BABY, DRILL”.

2. Aranceles: es la palabra que más le gusta a Trump. Si bien no creo que la velocidad de implementación de aranceles sea la prometida en campaña (simplemente Estados Unidos no tiene infraestructura, capacidad instalada y población para absorber una producción hoy repartida por todo el planeta), podemos esperar unos Estados Unidos proteccionistas, por muchos años. La globalización existe hace unos 35 años, no tanto como para que no pueda revertirse, pero tampoco es un fenómeno irrelevante.

Los esquemas de altos aranceles siempre tienen excepciones. La Republica Dominicana siempre ha estado vinculada a programas de acceso preferencial, sin aranceles, al mercado americano, como fue el Sistema Generalizado de Preferencias de 1976 y la posterior Iniciativa para la Cuenca del Caribe de 1983, que preceden al actual DR-CAFTA. Nos beneficiamos por nuestra cercanía geográfica a los Estados Unidos y nuestro sistema democrático, además de la existencia de un régimen comunista en Cuba durante la guerra fría.

Esto es una oportunidad. Pero una oportunidad para la que el país no se ha preparado. Mientras México está viviendo récords históricos de inversión extranjera en 2023 y 2024, casi duplicando su valor histórico, en RD estamos perdiendo empresas de zona franca que se van a Costa Rica, pese a que el salario en ese país es mayor, lo que no es de extrañar cuando un estudiante dominicano de 15 años tiene el conocimiento de un chileno de 11 y un europeo de 8-9 años según el BID.

Sin un aumento sustancial del nivel de educación de la población, no hay forma de alcanzar niveles adecuados de productividad y aprovechar este mercado que se abre.

3. Migración+. La RD tiene 2.8 millones de personas que han emigrado (1 de cada 5 dominicanos vive en el exterior) de las cuales 2.4 están en Estados Unidos. Estas personas generan US$ 10,000 millones anuales en remesas, casi 40% más que el turismo y sin costo alguno. La política migratoria americana es trascendental para la RD.

Pese a la retórica, no creo que en la práctica esto se convierta en un problema. La economía de Estados Unidos, para la que se predecía una recesión hace un par de años, está creciendo por encima de 2% gracias a los esfuerzos de reindustrialización. En diciembre 2024 la economía de Estados Unidos creo más de 250,000 empleos, y cuando se observan los salarios, los del 50% más pobre están aumentando. La presión sobre el mercado de trabajo es alta en el sector de baja calificación, al punto que preocupa tanto a la FED, que la ve como un signo de inflación futura como al sector privado, que también por miedo a inflación exige tasas de interés inusualmente altas para bonos de largo plazo.

Recordemos que entre 2023 y 2024, la población de Estados Unidos aumentó en aproximadamente 3.3 millones de personas (1% anual) que se desglosa en 2.8 millones por migración internacional neta y 519,000 por crecimiento natural (nacimientos menos defunciones).

En resumen, necesitándose mano de obra, es imposible que se ejecuten políticas de deportación en números sustanciales, aunque es de esperar convulsión en la frontera con México, pues la migración es un chivo expiatorio del descontento de la gente, aprovechado por los populistas de derecha como Trump. Una agenda diplomática dominicana poco controversial puede evitar males mayores.

4. Inflacion y tasas de interes. Producir en Estados Unidos (que es más caro), la imposición de aranceles y una política fiscal expansiva, garantizan inflación, por más que el discurso de Trump es que los aumentos de precios los asumirán los exportadores. Se tardará tiempo en llegar a metas de inflación de 2% anual por lo que es esperable sigan las altas tasas de interés, que para el debilitado y endeudado fisco dominicano es un gran problema.

5. Carteles narco. Aun con medio siglo de fracaso de la estrategia de atacar la oferta, la guerra contra las drogas sigue, dados los muchos intereses financiados por esta. Ahora se suma definir a los carteles narco como grupos terroristas. Es mas de lo mismo, con la salvedad de que estimula más controles y regulación para el sector financiero. Los US$10,000 millones anuales en remesas y otros flujos de capitales estarán bajo observación más detallada, por lo que es importante mantener la transparencia, algo de lo que ya hay experiencia por bregar con otras legislaciones como FATCA.

En general, dada nuestra posición privilegiada por geografía y sistema democrático, los cambios económicos de Estados Unidos pueden favorecernos. La solución del problema educativo y diplomacia sensata sobre el tema haitiano van a ser los que definan si podemos aprovechar esta ventaja potencial.

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