Padres todo terreno buscan su sustento en la basura

Celebración. El próximo domingo se conmemora en República Dominicana la festividad del Día de los Padres,

Los vertederos sirven de fuente de ingresos para muchos hombres y mujeres en todo el territorio nacional.

Los vertederos sirven de fuente de ingresos para muchos hombres y mujeres en todo el territorio nacional.

A las 7: 30 de la mañana, José Alfredo López Casado, con sus botas de goma puestas, sale en conjunto con su familia a recolectar y clasificar la basura del vertedero de Cienfuegos.

Con este trabajo ha mantenido a su familia por más de 15 años, y ha construido su propia empresa. Comprando botellitas y galones plásticos, metales y latas y luego revendiéndolas a una compañía mayor.

José Alfredo, quien fue plomero por más de 20 años antes de incursionar en este oficio, cuenta que su esposa fue quien lo introdujo en el negocio del reciclaje, hace aproximadamente 15 años, ya que ella junto a sus dos hijas, trabajaban como “buzos” allí.

Explica que él compra las botellas plásticas por saco a los buzos del vertedero, entre 200 y 250 pesos, y luego, las revende a una empresa de reciclaje entre 4 y 5 pesos la libra. Asimismo, las latas, con un valor de 5 pesos la libra y cada galón plástico con un costo de 4 pesos la unidad.

López Casado afirma que en este negocio ha generado hasta 100 mil pesos a la semana. Cuenta que muchos hombres y mujeres se ganan la vida “buceando” en las toneladas de basura que llega al vertedero de esta comunidad, buscando botellas plásticas, galones, metales y ropa y que, “el único problema es que a aveces el sol pica demasiado, hay mucho polvo y que hiede un poco la basura”.

Este padre de 61 años, tiene tres hijos que ha sacado adelante con su trabajo, convirtiéndolo también en un negocio familiar. “Mientras los hijos estén bien, si uno puede ayudarlos en algo, está todo bien”, agregó. Con este emprendimiento familiar, José Alfredo y su familia han construido su casa, obtenido varios vehículos y “siempre aparece que comer”.

José Osvaldo Almonte

Desde los ocho años Almonte trabaja en el vertedero de Rafael, hoy tiene 45 años y tres hijos de 16, 14 y 12 años, su único ingreso provienen del reciclaje.

Su madre, Lucia Almonte, cuenta que “él echó los dientes en el vertedero, desde pequeño él se escapaba de la escuela para ir al basurero a colectar botellas de cristal y plástico, y venderla por peso”.

Hoy divide el tiempo entre sus animales, vacas, cerdos, y su trabajo reciclando en Rafey. Él sale desde temprano en la mañana a buscar en las grandes montañas de basura objetos de valor para mantener su familia.

Su mayor temor es que ocurra un accidente y pueda quedar aplastado por un camión, o un greda mientras busca en las grandes montañas de basura.

Él reciclaje hoy es un negocio familiar del cual forman parte su esposa e hijos, él va hasta el vertedero, busca los objetos de valor y los clasifica en grandes grupos, su esposa lo clasifica en grupos más específicos atendiendo al tamaño o al tipo, y lo revenden por libras.

Javier Toribio

Javier Toribio es otro padre de familia que ha sacado a sus cuatro hijos de 17, 15, 12 y 2 años y su esposa adelante con su trabajo, en la zona Oeste de Santiago.

Desde hace aproximadamente cuatro años, se dedica a bucear en vertederos y cañadas, colectando botellas plásticas, metales y galones. Explica que estos materiales se venden por libras, y que en un día de trabajo, el camión puede cargar hasta 5 mil libras de plásticos.

Asegura que una motivación importante en su interés por este oficio, es el medio ambiente, porque se ha topado con cañadas en condiciones precarias y es la forma que tiene de ayudar.

Cuenta, en esta labor le permite ganarse hasta 50 mil pesos a la semana, dependiendo la cantidad de basura que se logre colectar y clasificar. Estos hombres conviven a diario con la contaminación de la basura, el mal olor, bajo un calor infernal, consiguen en los desechos de otros como llevar el pan a su familia.

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