enfoque
¡Hace tiempo suena el río, seguro que mucha agua trae!
En los últimos 4 años algunos medios han estado cacareando la necesidad inminente de una reforma fiscal. Una que otras veces la prensa y comentaristas especializados y otros no hacen sonar el rio ¡pero ahora... después del 19 de mayo!, son tan intenso en este tema que los contribuyentes nos estamos saturando de tanto escucharlo; Inclusive, hasta propuesta de reforma al código tributario se han depositado, lo cual, al menos para este ciudadano y contribuyente, es extremadamente preocupante.
¿Por qué es muy preocupante? Pues porque no sabemos sobre la base de que se pretende sustentar el incremento, la sustitución, la consolidación o disminución de los actuales o futuros impuestos. Ante esto, vale preguntar si ¿Usted ve algo más en estas propuestas?
Por otra parte, el estado escucha y se hace de eco o, simplemente prefiere jugar a seguir la corriente, ¡pero sin lugar a duda está cocinando lo suyo...!, para luego entregarnos una reforma o parche impositivo, que como ignorantes y desinformados contribuyentes terminamos aceptando muy sumisamente, porque después de tanto sonido esperábamos algo peor. Pues yo no soy uno de los que están de acuerdo con todo este sonido y no creo que estaré conforme con el parche impositivo que mañana termine imponiendo el Estado.
Si actualmente a los administradores del estado le están rindiendo mucho los chelitos, ¿por qué razón tenemos que sacrificar más al contribuyente? ¿Por qué siempre ha sido más fácil exprimir nuestros bolsillos para que el déficit fiscal pase del estado a cada hogar de este pueblo? Entonces el estado no recorta, pero nosotros si tendremos que recortar. ¡Pero que poema!
Los contribuyentes necesitamos saber cuáles son los objetivos de la política fiscal que actualmente tenemos, como, por ejemplo: (1ro) si se están cumpliendo los mecanismos de control de estas políticas (algunos dirán, ¡EN SERIO, MENDOZA! no ves que hasta devuelven miles de millones mal destinado); y, (2do) si tenemos identificado el por qué no se han logrado los objetivos de esta política fiscal. Luego que los administradores del estado nos expliquen esto y otras más, entonces sabremos si es necesario una reforma fiscal, o si más bien es necesario implementar controles de fuente y uso de fondos.
Los contribuyentes no queremos una reforma fiscal ciega, queremos y necesitamos información sobre los objetivos de corto, mediano y largo plazo; sobre los recursos necesarios para cumplir con esos objetivos; sobre las medidas de control para la aplicación y uso correcto de esos recursos; y entonces, solo entonces, podemos escuchar la propuesta de una reforma fiscal en donde, si fuese necesario, se toquen las modificaciones tributarias que se requieran.
No quiero concluir este llanto sin antes aclarar lo siguiente: todos somos ciudadanos, pero no todos somos contribuyentes y más aún, contribuyentes conscientes y convencidos de nuestro rol. Quienes somos contribuyentes conscientes y convencidos de nuestro rol, como tal, no nos sentimos representados por ningún partido político, por tanto, informen y dialoguen con el contribuyente, pues los partidos políticos de turno y de oposición solo defenderán sus propios intereses y cuando no pueden defenderlos, prefieren no dialogar, pues si descubrieron por donde se le echa el agua al coco, será una información egoístamente usada solo cuando les toque su turno.
Por favor, no nos crean vacas camino al matadero y tampoco queremos morir como ganado en rio creciente. Pero lo cierto es que, el rio suena y si suena es porque mucha agua trae.