Colaboración de deloitte
“Friendshoring”: El nuevo aliado de Centroamérica para atraer inversión extranjera
La relocalización de las cadenas de suministro, conocida como nearshoring, surgió como una estrategia para tratar de dar solución a eventos disruptivos y condiciones geopolíticas. Sin embargo, pese al auge de esta tendencia, recientemente ha surgido una práctica comercial conocida como friendshoring, en la que las cadenas de suministro se localizan en países que se consideran aliados políticos y económicos.
Indudablemente, este modelo abre una ventana de oportunidades para que Centroamérica tenga un acercamiento estratégico con su principal socio comercial, Estados Unidos (EE.UU.), debido a que la industria manufacturera de algunos países del istmo está orientada a la exportación, según señala el estudio de Deloitte, Nearshoring in Central America.
Mediante el friendshoring, el istmo podría atraer inversiones de diversos sectores, como el tecnológico, la industria médica, de telecomunicaciones, servicios, entre otros.
Semiconductores, una oportunidad para la región
Actualmente, Estados Unidos desarrolla una estrategia para que la cadena global de semiconductores sea menos susceptible a las disrupciones, ya sea mediante la producción local o la importación de estos dispositivos desde mercados que estén más cerca. Precisamente, esta política de producción de semiconductores brinda un repertorio de oportunidades para implementar el friendshoring en el istmo.
El informe de Deloitte, Nearshoring in Central America, indica que mediante el CHIPS ACT (Ley Chips de EE.UU.) se destinarán $52.700 millones para la investigación de semiconductores.
La cadena de valor de los semiconductores deja importantes ingresos a las economías. El proceso consta de tres etapas para obtener el producto final y cada una de ellas brinda buenos réditos: la primera es el diseño (por ejemplo, el de un microprocesador), que en el 2021 dejó ingresos por $13.300 millones; la segunda etapa es la de fabricación, en este caso el mercado de materiales dejó réditos por $44.700 millones en 2022; la tercera fase es el embalaje y prueba (tal es el caso de los microprocesadores empaquetados), la cual dejó ingresos por $15.200 millones en 2021, según cifras contempladas en el estudio de Deloitte.
Ahora bien, en la cadena de suministro de semiconductores, los países de la región pueden aprovechar sus capacidades de producción para explorar oportunidades en la fabricación, ensamblaje y prueba de chips. Por esta razón, las naciones con la fuerza laboral más calificada son las que podrían aprovechar mejor esta política.
Países como Costa Rica, Panamá y República Dominicana (por citar una nación del Caribe) pueden enfocarse en fabricar equipos gracias a su especialización en manufacturas calificadas e intensivas en tecnología; mientras que Honduras, El Salvador y Nicaragua podrían trabajar en el ensamblaje y prueba, ya que estas naciones poseen manufacturas intensivas en mano de obra y recursos.
Actualmente, existen esfuerzos de colaboración para el desarrollo de las cadenas de suministro de semiconductores. Tal es el caso de Costa Rica, Panamá y República Dominicana, que trabajan con el Departamento de Estado de EE.UU. para explorar oportunidades y generar inversión.
Ahora bien, un caso de éxito de friendshoring en la industria tecnológica fue la alianza que Google Cloud implementó con El Salvador durante 2023. Ambas partes pactaron un acuerdo por varios años para que este gigante tecnológico apoye e impulse al país centroamericano para convertirlo en un centro tecnológico enfocado en gobierno digital, salud y educación.
Otras inversiones que llegaron a la región gracias a esta nueva práctica comercial son las de Prodapt y On Process que invirtieron $7 y $5 millones, respectivamente, para nuevas oficinas, por su parte, Atmos destinó $130 millones para almacenes industriales. Entretanto, Intel invertirá $1.200 millones en los próximos dos años, de acuerdo con el informe de Deloitte.
En esta coyuntura también existen desafíos para que este nuevo modelo sea exitoso y los gobiernos de Centroamérica enfrentan retos en temas regulatorios, fuerza laboral (la cual debe ser altamente calificada), instalaciones tecnológicas, recursos energéticos, infraestructura, logística y seguridad.
Aprovechar sólida relación con EE.UU.
Como bien se sabe, la región mantiene una sólida relación comercial con EE. UU., su principal inversionista. Los números hablan por sí solos: en 2022, 43% de la inversión extranjera directa (IED) en Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador y Costa Rica provino de Estados Unidos.
En este contexto, cabe destacar que, en Honduras, el sector financiero fue el que recibió la mayor IED, impulsado, principalmente, por la reinversión de beneficios. Entretanto, la IED mostró dinamismo en dos países durante 2023: en Guatemala creció 17% y en Costa Rica, 12%, según cifras del estudio de Deloitte.
Precisamente esta fuerte relación con la potencia norteamericana aumenta el atractivo para que la región tome ventaja del friendshoring.
Además, Centroamérica también puede sacar réditos del nearshoring (tendencia que consiste en que una empresa mueva toda, o una parte de su producción, para situarse más cerca del consumidor final con el objetivo de reducir costos y evitar contratiempos logísticos), gracias a su estratégica cercanía con EE.UU.
Este modelo también brinda beneficios a las economías como promover el crecimiento de las cadenas de valor, especialmente en sectores como el de semiconductores, dispositivos médicos y textiles, debido a que se trata de industrias en las que Centroamérica ya tiene capacidades o existe algún interés por desarrollarlas; además, podría impulsar la productividad a través de investigación y desarrollo, capacidades mejoradas, mejora de las habilidades laborales e intercambio de conocimientos internacionales.
Entretanto, en la búsqueda de IED, será importante que los países de la región destinen recursos para impulsar su posicionamiento hacia futuro, considerando, de igual forma, que las nuevas inversiones podrían revitalizar la economía mediante el desarrollo de cadenas de suministro locales.