crisis vinícola
Millones de euros para convertir el exceso de vino francés en alcohol y perfumes
Esta crisis del vino se hace notar especialmente en aquellas zonas con una gran presencia de productores, como la Gironda (suroeste) o el Languedoc (sudeste).
El gobierno francés anunció ayer que destinará unos 200 millones de euros (US$216 millones) de fondos de Francia y la Unión Europea para destruir los excedentes en la producción de vino y convertirlos en alcohol para perfumes y gel hidroalcohólico.
Los productores vitícolas franceses hacen frente a una disminución en el consumo de este producto debido a la inflación y los cambios en las preferencias en un país donde históricamente tuvo un gran peso la cultura del vino, pero ahora crece el consumo de cerveza.
Ante el exceso de botellas sobrantes, las autoridades subvencionan a los productores para que las retiren del mercado y las conviertan en alcohol destinado a perfumes o gel hidroalcohólico.
Inicialmente, las autoridades francesas habían previsto destinar unos 160 millones de euros (US$172 millones), pero este viernes anunciaron que aumentaban esta subvención hasta 200 millones de euros.
"El Estado confirma este complemento (...) que aumentará hasta 200 millones el financiamiento de la crisis en la destilación", aseguró el ministerio de Agricultura en un comunicado.
"Tenemos que lograr que los precios dejen de hundirse y que los viticultores recuperen sus ingresos", declaró el ministro de Agricultura, Marc Fesneau, durante una rueda de prensa en una destilería en el sur del territorio galo.
Esta crisis del vino se hace notar especialmente en aquellas zonas con una gran presencia de productores, como la Gironda (suroeste) o el Languedoc (sudeste).
"Estamos produciendo demasiado y el precio de venta resulta inferior al de producción", lamentaba Jean-Philippe Granier, director técnico del sindicato AOC del Languedoc, en declaraciones a la AFP a principios de agosto.
Además de Francia, esta crisis del vino también está afectando especialmente a España y Portugal.
Europa ya se había enfrentado a una situación parecida durante la primera década del siglo XXI y entonces modificó las políticas agrícolas para reducir los excedentes de vino.
La UE destina cada año hasta 1,060 millones de euros (1,144 millones de dólares) para subvencionar este producto.