Nueva era para la economía global

McKinsey Global Institute explora oportunidades y riesgos futuros para América Latina

  • En los últimos tres años, actos extraordinarios han generado disrupciones en sociedades y en negocios, y han impuesto desafíos significativos a la economía mundial. Esto podría presagiar una nueva era de cambio estructural.
Los líderes de América Latina deben prepararse para enfrentar los cambios.

Los líderes de América Latina deben prepararse para enfrentar los cambios.Fuente externa

Un nuevo artículo del McKinsey Global Institute (MGI), What could a new era mean for Latin America? (¿Qué podría significar una nueva era para América Latina?), analiza lo que las disrupciones de hoy podrían significar para América Latina. Olivia White, socia senior de McKinsey & Company y directora del MGI, dijo: “El mundo unipolar está dando el paso a un mundo multipolar. La población está envejeciendo, la desigualdad ha empeorado y las tensiones políticas polarizadoras han ido en aumento.

Las tecnologías emergentes son ciertamente prometedoras, pero también plantean riesgos. Al mismo tiempo, el mundo necesita reducir las emisiones incluso mientras reúne los recursos necesarios, y todo esto frente a una deuda sin precedentes y un lento crecimiento de la productividad.

Los líderes de América Latina deben prepararse para enfrentar estos cambios, pero igualmente tienen la oportunidad de dar forma a esta nueva era”.

Andrés Cadena, socio senior de McKinsey & Company en Bogotá, afirmó: “Si América Latina no maneja de forma óptima la transición a una nueva era, podría enfrentarse a una desigualdad creciente, tensiones sociales al alza y estancamiento económico.

Pero si se maneja de forma correcta, la abundancia de recursos fundamentales de la región para la transición net zero podría estimular la inversión en infraestructura y capital humano, y catalizar tanto la transferencia de tecnología como la innovación.

La región podría experimentar la expansión económica en auge que se observa en otras economías de ingresos medios con un desempeño superior”.

Los hallazgos clave del reporte incluyen:

• La agitación global actual puede parecer nueva, pero existen períodos similares de ruptura aguda en la historia reciente, cada uno de los cuales dio origen a una nueva era con su propio paisaje distinto. En la era más reciente, las cadenas de valor globales se expandieron por todo el mundo, la digitalización se democratizó meteóricamente y miles de millones de personas se beneficiaron de la estabilidad macroeconómica.

• Sin embargo, América Latina permaneció relativamente al margen de la integración económica global, se rezagó en la adopción tecnológica y no se colocó en la frontera de la innovación. El crecimiento fue moderado y algunas economías experimentaron deuda e inflación.

• Si se abre una nueva era, ¿cómo le irá a América Latina? ¿Puede la región potenciar su participación global en un mundo multipolar? ¿Puede ponerse al día con la curva de la innovación tecnológica y utilizar la tecnología para mejorar la equidad? ¿Puede beneficiarse de su población joven, abordar sus desigualdades arraigadas y definir un nuevo contrato social para apoyar el crecimiento a largo plazo? ¿Puede aprovechar sus recursos naturales para ser un motor de la transición net zero? ¿Puede finalmente elevar el nivel del crecimiento económico regional, la inversión y el crecimiento de la productividad?

• Quedan muchas preguntas sin resolver, y aún deben tomarse decisiones fundamentales, ya que los líderes de la región no sólo se preparan para una nueva era, sino que también buscan darle forma. 

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