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El destino de la economía dominicana

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José Lois MalkunSanto Domingo, RD.

Somos un pequeño territorio en medio de una isla compartida del caribe, con una población de alrededor de 11 millones de personas. Cinco millones son consumidores de clase media y media alta, que se alimentan bien y disponen de todos los servicios básicos.

La clase media baja, unos 3.5 millones, tienen ingresos que apenas cubren sus necesidades mensuales y no todos tienen servicios básicos.

La clase pobre, unos 2.3 millones de personas, no pueden ni terminar el mes con sus ingresos, careciendo de muchos servicios básicos. El resto se ubicaría en la clase alta que pueden comprar de todo.

No es que el numero de consumidores de bienes sea irrelevante y eso lo demuestra las decenas de supermercados y grandes centros comerciales.

El problema es que la oferta local de muchos de esos bienes está concentrada en una, dos o tres empresas, formando monopolios u oligopolio que impide que haya competencia, lo que afecta los precios de esos productos.

¿Pero tenemos suficientes consumidores para tener 4 fábricas de cerveza? ¿O varias que produzcan aceites comestibles, cemento y varillas, agroquímicos etc.? Quizás no. Pero los monopolios u oligopolios son dañinos y poco aportan al desarrollo del país.

¿Y dónde está la clave? En desarrollar los servicios, la construcción, la minería, la agricultura y las zonas francas.

Entre los servicios están los bares, hoteles y restaurantes, conocido normalmente como sector turismo. Nuestro filón de oro.

Hablando de agricultura, importamos más de US$4 mil millones en materias primas agrícolas y alimentos semi elaborados parte de los cuales pueden producirse en el país, como el sorgo, maíz, frijoles, leche, carnes, embutidos, café (fuimos grandes exportadores en el pasado) o la pesca de agua dulce, como la Tilapia, llevadas a Israel y convirtiéndose en un plato gourmet en Europa.

Y ni hablar de las exportaciones agropecuarias y agroindustriales como azúcar, cacao, carne, vegetales, frutas, etc. con un mercado exterior inmenso.

Las zonas francas es otro filón de oro en cuanto a la generación de empleos y las exportaciones, pero sin olvidar que muchas de sus materias primas son importadas.

La construcción (hoteles., plantas de energía, puertos, aeropuertos, presas, red vial, viviendas etc.), ya sea pública o privada o bajo el esquema de fideicomiso o alianzas público-privada, es la mayor generadora de empleos y riqueza.

Finalmente, la minería. El gran recurso que nos negamos a explotar por razones ambientales, que son mayormente falsas.

En estos sectores esta nuestro destino.