Se impone hacer cambios para dinamizar el mercado interno
Ante turbulencias. Aceite, lácteos y cereales siguen caros y crisis de bancos en USA puede limitar inversión.
El mundo registra momentos convulsos y no solo por el cambio de clima y su incidencia en fenómenos atmosféricos y una prolongada sequía. Si no, que ante la alta volatilidad de los mercados, y crisis bancaria en Estados Unidos y coletazos en Europa, el riesgo para economías de ingreso medio como República Dominicana es otro: la presión fiscal por el alto monto al servicio de deuda pública y la desaceleración global con su consecuente reducción de la inversión privada.
Las perspectivas para el país, hasta el momento son favorables, debido a que las proyecciones de crecimiento para este año y el próximo 2024 del producto interno bruto (PIB) dominicano superan a las del mundo, las de la región de América Latina y las de los países miembros del DR-Cafta (tratado de libre comercio firmado con Centroamérica y Estados Unidos) y, también el PIB de Panamá.
No obstante, el sistema global de precios de los insumos para la producción de alimentos, dada la dependencia de importaciones del 90 % en el caso del agro; la sequía por el fenómeno de La Niña, y las altas tasas de interés de los financiamientos para contener la inflación manda a un cambio de políticas públicas que dinamicen el mercado interno, que puedan blindar la economía.
Economistas creen que las metas de inflación difícilmente serían alcanzadas este año que prevén difícil.
De hecho, el ciclo de precios bajos que se vio moderado en febrero pasado, según el reporte de precios de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) fue un 12 % más elevado que hace cinco años y seguían más caros que antes de la guerra rusa no solo el aceite vegetal, sino también los lácteos y los cereales.
Hace cinco días, el Fondo Monetario Internacional (FMI) definió el fenómeno en un twit, como “un camino desandado”, debido a que algunos precios han vuelto a los niveles de antes de la invasión de Rusia a Ucrania. En otro documento, uno de los analistas del FMI, publicó, en Diálogo a Fondo, una revista especializada del organismo que recoge los artículos de sus expertos, que la región de América Latina enfrenta un crecimiento más lento, lo que quiere decir que la desaceleración de las economías no solo es un hecho, sino que podrá ser más pronunciada. Plantea la posibilidad de un retorno prolongado de las metas de inflación de los bancos centrales, ante una inflación que dura en ceder.
Sin embargo, las medidas restrictivas prolongadas en busca de impactar la inflación no han dado los resultados esperados, más que las previsiones dadas el 15 de septiembre de 2022, por el renunciante presidente del Banco Mundial, David Malpass. Malpass advirtió que esas políticas restrictivas asumidas por largo plazo pudieran afectar la estabilidad financiera. Hoy día, en Estados Unidos hay dos bancos mediano y pequeño afectados y se asume que también se han contagiado otros en Europa y posiblemente en Argentina.
Economistas del país afirman que ante la alta incertidumbre mundial el FMI ha modificado tres veces sus proyecciones en este año. Según datos del FMI, la economía dominicana que creció 12.3 % en 2021, y 5 % en 2022, crecerá 4.3 % este 2023 y 5 % en 2024, un rango mayor que la región ALC y los miembros del DR-Cafta y Panamá.
En general, los países del DR-Cafta juntos crecerán este año 4.5 % y en 2024 un 3.5 %.
Economista
Para Antonio Ciriaco Cruz, Decano Facultad de Economía UASD, la economía global se está debilitando rápidamente y se pronostica que las más grandes (EE.UU y Europa) tendrán recesiones a corto plazo. “Esto tendrá repercusiones en la actividad económica en el país, ya que afectaría el lado real de la economía: menos crecimiento y menos remesas y turismo de EE.UU y Europa.
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Opinión de Ciriaco Cruz
Desaceleración
En la economía global se prevé un crecimiento de 2.3 % frente a un 3.3 % del 2023 y la mayor debilidad se concentrará en Europa, América Latina y Caribe, y EEUU.
Los problemas financieros a nivel global no afectarán directamente al sector financiero nacional, sino en la medida que afecte la economía real en EEUU y Europa.