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La economía del 2023 es para los ricos

Ángel LockwardSanto Domingo, RD.

El pasado año la economía lo finalizó – según el Gobierno y los organismos internacionales – con un buen crecimiento del PIB de alrededor del 5%; el saldo en rojo fue la inflación de más de un 7% fruto de las firmes medidas adoptadas a partir de noviembre para contenerla y de los subsidios a la energía, a los alimentos – una de ellas la poco eficaz eliminación de impuestos y al transporte, se inicia con las luces amarillas encendidas en los indicadores monetarios y fiscales más sensibles, las tasas de interés y de cambio, ambas con aumentos notorios.

Las dos últimas semanas los papeles a la venta en subastas competitivas del Banco Central, que desea retirar dinero de mano del público, han cerrado al 16% y 15.5% con vencimiento al 2025, es decir, tres años y su tasa de política monetaria cerró sobre el 9%: eso, aunque retorna la rentabilidad a los inversores – que en el 2022 fue negativa -, hasta el más lego entiende que tiene efectos durísimos sobre el costo del dinero al público, empresarios y simples usuarios del crédito para una casa o un carro. Hasta para bancos y banqueros es más lucrativo no hacer nada y guardar su dinero en la entidad emisora.

La mayoría supone que esta política se mantendrá sólo hasta mediados de año, plazo para el cual los grandes bancos comerciales – compitiendo rabiosamente en el mercado - están pagando por encima del 12% anual, algo pocas veces visto, pues lo usual es que a más plazo mejor tasa, esa previsión puede verse frustrada por la política del Ministerio de Hacienda, que compitiendo con el Banco Central, ha estado vendiendo papeles de deuda pública al 13% exento de impuestos a largo plazo: es obvio que aunque el sistema bancario es saludable, esto afectará gravemente a los bancos medianos y pequeños reduciéndose su rentabilidad y creándose eventualmente problemas de liquidez.

Como si fuera poco, el peso que se había apreciado en los últimos meses en más de un 3% cotizándose entre RD$53.00 y RD$ 54.00, afectando especialmente a los exportadores y al turismo en el curso de enero aumentó al RD$ 56.81 para un deterioro significativo del 5.6% en un periodo muy corto, no obstante las altas reservas que exhibe el Banco Central con las que el país puede cubrir 5 meses de importaciones.

La combinación de alto precio del dinero en pesos y de un incremento en el precio del dólar, afectará a todos, pero en especial a la industria de la construcción, tanto en cuanto a costos como en lo relativo al financiamiento, pues menos personas calificarán y las cuotas se incrementarán sustancialmente: si ese mal no se cura, muchas personas perderán sus propiedades.

De ahí que el Banco Central, no obstante su política de astringencia haya puesto en el mercado bancario más de RD$17 mil millones del encaje legal, medida que a algunos luciría contradictoria en el marco de la política monetaria general, pero que desde mi punto de vista, es acertada, pues evita que este sector recesione.

Tampoco será ajeno – por los mismos motivos - el sector de venta de vehículos, tanto para las ventas como cuando se produzca la renegociación de sus cuotas, al vencer los plazos graciosos de las ferias pasadas: las nuevas ferias…serán a tasas mucho más altas.

El BID ha advertido que el peso de la deuda, en América Latina, ya es preocupante y, la nuestra ha crecido significativamente, no obstante la compra de la deuda de Venezuela, que sobrepasaba los USD$4 mil millones: el ritmo de endeudamiento para déficits fiscales – originalmente para subsidios sociales – ya debe ser reducido y mejor cualificado, sobre todo porque la ejecución presupuestaria del Gobierno, ministerio por ministerio, ha sido calamitosa.

El complejo tráfico de la economía, este año, puede continuar una ruta de crecimiento, no tan alto como ha sido tradición, sobre las ruedas del turismo, las exportaciones, las remesas, la inversión extranjera y el endeudamiento, pero con cambios significativos en las variables con que se manejan los agentes – inversores, ahorristas y demandantes de crédito – y, lamentablemente, con desempleo e inflación, dos indicadores indeseados en un año preelectoral: este año saldrán favorecidos los ricos que pueden mover sus capitales y aprovechar las condiciones del mercado y perjudicados quienes tienen salarios fijos y no disponen de rentas de inversión o ahorro, pero sobre todo, los desempleados.

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