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Enfoque

¡Ya basta! Respetemos y convirtámonos en guardianes de nuestra Constitución

Alexandra IzquierdoSanto Domingo, RD.

Los constituyentes se reunieron solemnemente en San Cristóbal. Trabajaron en la redacción de la Constitución durante dos meses y el seis de noviembre de 1844, terminaron sus trabajos, presentando ante la Junta Gubernativa un proyecto de Constitución basado en la separación de los poderes y la preeminencia del Poder Legislativo sobre el Poder Ejecutivo.

Así nace la República Dominicana como nación independiente y que representa hasta hoy, 178 años después, nuestra Carta Magna.

Nos define como república y nos plantea las reglas estatutarias de comportamiento, del cumplimiento de nuestros derechos, pero también de nuestros deberes como ciudadanos. Nos sentimos satisfechos de que debemos cumplirlas. Porque son nuestras. Dominicanas.

Amén de las transformaciones de la Constitución dominicana durante sus 178 años, desde el primer día de su nacimiento, no hay dudas de que representa las bases fundamentales para la sustentabilidad de nuestra nación.

Hay que resaltar que, de todas esas transformaciones que ha sufrido nuestra Carta Magna, la reforma constitucional del año 2010, ha sido la más importante, viéndolo desde el punto de vista de la socialización de que fue objeto la misma para su aprobación, hasta sus resultados.

La creación del Tribunal Constitucional y de las altas cortes, para nosotros, forma parte de uno de los ejes fundamentales para que exista una perfecta valoración de lo que puede ser definido como el espíritu constitucional y que cada dominicano lo pueda apreciar así.

Así pues, la creación de un Tribunal Constitucional que garantiza la supremacía de la Constitución, la defensa del orden constitucional y la protección de los derechos fundamentales.

Y el hecho de que, las decisiones evacuadas de ese tribunal sean definitivas e irrevocables y constituyan precedentes vinculantes para los poderes públicos y todos los órganos del Estado.

Así como el goce de autonomía administrativa y presupuestaria, les ofrece al país un órgano totalmente independiente de los demás poderes y garantista de los derechos fundamentales del hombre.

Es por ello que, hoy, queremos alzar nuestra voz, en defensa de esa nuestra Constitución. Es menester expresar nuestros desacuerdos a cualquier intento de reformar nuestra Constitución por intereses particulares y no los colectivos.

De querer adaptar esa preciosa Carta Magna, fundamentada en el respeto a la dignidad humana y a la indisolubilidad de la unión de nuestra nación, a intereses meramente políticos partidarios.

Cada vez que se nos ocurre una idea partidaria queremos reformar nuestra Constitución. ¡Ya Basta, respetemos y seamos guardianes de nuestra Constitución!