La crisis energética europea impulsa el precio de la leña
Tudor Popescu golpea un tronco con el hacha y después mete la leña cortada en una estufa que calienta su casa en la capital de Moldavia. Conforme las noches se vuelven más frías, los montones de leña a su alrededor han ido creciendo, su reserva para el próximo invierno.
Antes Popescu utilizaba gas natural para calentarse por las mañanas y la leña por las noches. Pero ahora el gas escasea, lo que ha abierto una crisis en su pequeño país del este de Europa.
“Ya no uso gas, de modo que va a ser sólo madera”, dijo Popescu. “Pero lo que tengo no basta”.
La crisis energética europea provocada cuando Rusia cortó los flujos de gas natural dentro de su guerra contra Ucrania ha obligado a algunas personas a recurrir a fuentes más baratas de calefacción, como la leña, ante la llegada del invierno. Pero conforme más gente quema y hace acopio de leña se disparan los precios, se producen robos y aparecen estafas.
Las empresas que gestionan bosques madereros colocan dispositivos GPS en los troncos para seguir sus valiosos cargamentos y crece la preocupación por el impacto ambiental de la contaminación aérea y la deforestación adicional.
En la antigua república soviética de Moldavia, el gobierno teme que este invierno pueda ser devastador para muchos de sus ciudadanos debido al alto coste de la electricidad y la calefacción, ya que los precios del gas natural en Europa son aproximadamente el triple que a principios de 2021, incluso después de caer de las cifras récord de agosto.
El país más pobre de Europa, de tendencia occidental pero que tiene parte de su territorio bajo control de tropas rusas, vio hace poco cómo la gigante energética rusa Gazprom le reducía el suministro de gas natural en un 30% y amenazaba con más recortes.
El furor por la leña no se limita a países modestos como Moldavia, y se ha extendido a regiones más ricas de Europa. Los bosques estatales en Alemania, Polonia y República Checa han registrado una demanda mucho mayor de la cantidad limitada de leña que venden como parte de su gestión forestal sostenible.
A menudo, esa demanda procede de personas que nunca han comprado leña antes y parecen desconocer que tiene que conseguirse con dos años de antelación para secarla lo suficiente como para quemarse en estufas de leña, según el servicio forestal en el estado suroccidental alemán de Hesse.
Los guardas forestales alemanes también han visto más gente que recoge ramas caídas en los bosques, a menudo sin saber que es ilegal.
Los bosques estatales checos, que sólo venden madera para consumo doméstico, han tenido que limitar la cantidad que se vende a particulares para impedir compras especulativas.
En Polonia, la demanda de leña menuda de bosques estatales creció un 46% y la de leña grande un 42% hacia finales de agosto, en comparación con el año anterior. Eso fue antes incluso del otoño, cuando la demanda es más alta.
“Por supuesto, hay un interés mayor en leña en distritos forestales porque hoy es el combustible más barato disponible”, dijo Michal Gzowski, vocero de Bosques Estatales de Polonia. “La leña menuda es probablemente el material de calefacción más barato en los países de la UE”.
Señaló que el robo de leña, que siempre existió en cierta medida, va en aumento.
Para evitar robos, el departamento forestal en el estado alemán de Renania del Norte-Westfalia está experimentando con dispositivos de rastreo GPS ocultos entre los troncos, indicó la vocera Nicole Fiegler.
No ha habido un aumento repentino de robos de gran escala, pero las subidas de precios han impulsado la preocupación de pequeños terratenientes de bosques madereros, que sufrirían grandes pérdidas con el robo de un cargamento de troncos.
“Es más una situación de ansiedad y temor”, dijo Fiegler, dado el valor creciente de la leña.
Los gestores forestales en la región vecina de Hesse emplean rastreadores GPS desde 2013 y dicen que han podido resolver varios robos de esa forma.
La policía austriaca advirtió la semana pasada de un incremento en las estafas de personas que dicen vender leña y pellets de madera en internet, y señaló que se habían hecho cateos en varias empresas del país sospechosas de manipular los precios.
El Instituto Alemán del Pellet también advirtió a los compradores que tuvieran cuidado con vendedores falsos que reclamaban pagos por adelantado y luego desaparecían.
Según la agencia alemana de estadística, los precios de leña y pellets, pequeños cilindros hechos de serrín que se pueden utilizar en sistemas residenciales de calefacción central, subieron un 85% en agosto respecto al año anterior.
Los precios de los pellet por tonelada cayeron un 2,6% en octubre pero seguían siendo un 200% más altos que el año anterior, según el Instituto. Aun así, la calefacción con pellets es más barata que con gas natural para los que tienen las instalaciones para utilizarlo, señaló la organización. El gas cuesta 20,9 céntimos por kilowatio hora de calefacción, mientras que los pellets cuestan 14,88 céntimos.
La leña también ha subido de precio en Gran Bretaña.
“Hemos visto un enorme aumento en la demanda” conforme crecen los precios de la energía, dijo Nic Snell, director gerente de Certainly Wood, que se presenta como el mayor proveedor de leña de Gran Bretaña con unas 20.000 toneladas vendidas al año.
Snell estimó que la madera secada en horno de su firma es entre un 15% y un 20% más cara que el año pasado y “podría ser más conforme el tiempo se haga más frío”.
La demanda de leña producida en el país se ha visto impulsada por el precio mayor de la alternativa importada de países como Letonia y Lituania. Los costes de transporte, principalmente por el combustible, han elevado el coste de la leña importada, que antes era más barata que la británica pero ahora es más costosa.
En Dinamarca está creciendo la demanda de estufas de leña al mismo tiempo que la de la leña en sí. Las búsquedas de pellets de madera se han disparado en aproximadamente un 1.300% en el último año, según el sitio danés de ventas DBA.
El gobierno y los ambientalistas han advertido a los daneses que tienen previsto quemar madera que tengan en cuenta los riesgos: el fuego puede suponer un riesgo para la salud y el humo contribuye a la contaminación de partículas en suspensión.
También está el impacto medioambiental de talar más árboles.
Egzona Shala, responsable de una organización ambientalista en Kosovo, donde se han disparado los precios de la electricidad, dijo que la deforestación ha crecido de forma significativa. Su grupo, EcoZ, monitorea bosques en zonas montañosas y en algunos casos ha encontrado gente talando árboles de forma ilegal a las 5 de la madrugada. Después, la madera se vende en la capital.
A menudo, los árboles que se talan son jóvenes. Los bosques, señaló, se ven sometidos a una “vulgar deforestación sin ningún criterio ni control”.