Líderes mundiales claman por acciones urgentes en seguridad alimentaria
Líderes mundiales pidieron ayer redoblar esfuerzos contra la creciente inseguridad alimentaria, agravada por la convergencia de crisis, la invasión rusa de Ucrania y la falta de fertilizantes.
En una declaración conjunta emitida al término de una reunión ministerial al margen de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, Estados Unidos, la Unión Europea, la Unión Africana, Colombia, Nigeria e Indonesia afirman su "compromiso de actuar de forma urgente, global y concertada para responder a las acuciantes necesidades alimentarias de cientos de millones de personas en todo el mundo".
En particular, se comprometen a aumentar su apoyo financiero a las agencias humanitarias y a no introducir restricciones en los mercados de alimentos y fertilizantes, cuya producción quieren aumentar.
Esta reunión se produce tras el G7 de junio, cuando las principales potencias prometieron dedicar cerca de 5.000 millones de dólares para combatir esa fuente de inestabilidad.
"No hay paz con hambre y no hay lucha contra el hambre sin paz", dijo el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y su homólogo alemán, el canciller Olaf Scholz, pidió "actuar con sentido de urgencia".
Asimismo, el mandatario argentino, Alberto Fernández, aseguró ante la ONU que "Argentina cumplirá su rol como proveedor confiable de alimentos saludables". "No podemos atravesar esta época con hambrunas", indicó.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hablará el miércoles ante la ONU y anunciará planes de ayuda, dijo su secretario de Estado, Antony Blinken.
Hambruna En su discurso ante la ONU, el presidente Emmanuel Macron anunció que Francia financiará "la salida de trigo ucraniano a Somalia"; un país acechado por una hambruna.
Mientras que el gobernante peruano, Pedro Castillo, consideró "necesario dar continuidad al acuerdo que permite la exportación de cereales de Ucrania y [...] hacer los arreglos para normalizar las exportaciones rusas de fertilizantes".
Rusia fue acusada de poner la seguridad alimentaria en peligro con su invasión de Ucrania que se sumó a otros factores de crisis como la pandemia de covid, que alteró las cadenas de distribución, y el cambio climático.
"La verdad es que [el presidente ruso Vladimir] Putin está chantajeando a la comunidad internacional utilizando el arma de los alimentos", dijo Sánchez.
Estados Unidos ha hecho de la seguridad alimentaria una prioridad diplomática apuntando a la responsabilidad de Rusia. Por otra parte, muchos países del sur también hacen hincapié en esta cuestión en el contexto más amplio de la crisis climática y los precios de la energía.
Los líderes destacaron el carácter "vital" del llamado acuerdo del Mar Negro, que permite la salida de grano ucraniano del que dependen muchos países de Medio Oriente y el norte de África.
Este acuerdo, firmado por Rusia y Ucrania con el aval de la ONU y Turquía en julio, permitió reanudar las exportaciones de grano ucraniano.
"Contra lo que dice la desinformación de Moscú, estos cereales y otros productos alimentarios van a parar a donde se necesitan, es decir, a los países más vulnerables, especialmente en el sur", dijo Blinken. El acuerdo también ha contribuido a "bajar los precios" y "debe renovarse, y con urgencia", agregó.
Según un informe reciente del estadounidense Observatorio de Conflictos, Ucrania perdió cerca del 15% de su capacidad de almacenamiento de granos desde el comienzo de la guerra con Rusia en febrero.
Eso afecta la capacidad de Ucrania para continuar con su papel de granero para muchos países a los que suministra trigo, maíz y girasol en particular.
Necesidad de fertilizantes "Está claro que la interrupción actual de las cadenas de suministro de alimentos y la guerra en Ucrania afectarán las próximas cosechas. Hay alrededor de una o dos cosechas al año y ya lo estamos viendo", advirtió Álvaro Lario, presidente del Fondo Internacional de Fomento de la Agricultura (FIDA), al tiempo que destacó el problema de los fertilizantes de los que Rusia es un importante productor.
"El año que viene va a ser devastador (...) quizás peor que durante el covid", dijo Lario en entrevista con la AFP.
El experto aludió a una convergencia de crisis -cambio climático, pandemia y conflictos- y a la necesidad de invertir "cientos de miles de millones de dólares" al año para cambiar el modelo de desarrollo.
"Conocemos las soluciones y tenemos las instituciones para ello", pero "lo que falta actualmente es voluntad política, en términos de inversión", agregó.
En un informe conjunto difundido en julio, la FAO, el FIDA, UNICEF, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguraron que "entre 702 y 828 millones de personas se han visto afectadas por el hambre en 2021", lo que representa el 9,8% de la población mundial.
Se trata de 46 millones más que en 2020 y 150 millones más que en 2019, dos años marcados por la pandemia de covid, que afectó duramente a los sistemas de distribución.
"En 2022 hay suficientes alimentos en el mundo, el problema es la distribución desigual", dijo recientemente el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Y "si no estabilizamos el mercado de fertilizantes en 2022, simplemente no habrá suficientes alimentos en 2023", alertó.