La apreciación del peso

La apreciación reciente del peso dominicano en relación con el dólar resulta como efecto de la política monetaria restrictiva del Banco Central al aumentar la tasa de interés de referencia o TPM (tasa de política monetaria desde 3.5% en diciembre a 7.75% en la actualidad).

Además, de intervenir el mercado cambiario con esterilización de la masa monetaria al emitir bonos a altas tasas de interés para sacar pesos del mercado y quitar presión al tipo de cambio; y también por medio de venta de reservas internacionales puntualmente.

Esta política monetaria se realiza para contrarrestar los efectos de la inflación provocados por el alza de los precios del petróleo y derivados, los alimentos y el transporte marítimo internacional, que han elevado la inflación hasta 9.6% al mes de agosto de este año.

La política monetaria es además correctiva de la expansión de dinero que se efectuó durante la pandemia para estimular la economía. La apreciación del peso ha disminuido hasta en 1.50 pesos por dólar la cotización en el mercado, generando efectos ambivalentes en los agentes económicos.

Para los consumidores resulta beneficiosa porque quita presión al alza de los bienes importados, en especial los alimentos y otros bienes básicos industriales.

En este orden, también beneficia al sector importador. Para el gobierno es importante porque afecta menos el precio de los combustibles y le economiza subsidios fiscales que realiza en la actualidad.

También quita presión al pago de intereses de la deuda externa, que se paga en dólares.

Todos los generadores de divisas y los que reciben remesas pierden porque disminuye la competitividad del turismo, de los exportadores nacionales y de zonas francas y perjudica a las familias que reciben dólares para consumo. Además, la política monetaria de altas tasas de interés para controlar el mercado del dólar perjudica a mediano plazo a los productores, en especial a la construcción, el comercio y la industria.

En definitiva, es una situación agridulce, donde hay ganadores y perdedores, como resulta siempre en toda actividad o decisión de política económica.

---El autor fue presidente del Colegio Dominicano de Economistas (CODECO).