Enfoque
Fideicomisos y PYMES
Panamá es uno de los países donde el fideicomiso, tal y como lo conocemos en República Dominicana, inició hace poco más de 100 años, debido a la influencia de la legislación norteamericana. Fue una forma de apostar a una economía que no dependiera única y exclusivamente del famoso Canal de Panamá.
Ese país se ha caracterizado por tener un modelo donde el fideicomiso se emplea para el desarrollo empresarial y financiero, más que para el desarrollo hipotecario e inmobiliario, como ocurre en la República Dominicana. De hecho, siguiendo ese patrón, el fideicomiso ha sido utilizado por muchas empresas de la región como fuente de pago y para el financiamiento, sin utilizar la cantidad tradicional de hipotecas o lo que se conoce como “pagaré solidario”.
De ahí la importancia de traer esta práctica al país, dado que los fideicomisos representan una forma útil para que las PYMES puedan tener financiamiento alternativo sin comprometer su patrimonio personal. Al carecer de fondos, muchas veces incumplen las normas de la Superintendencia de Bancos, al intentar apegarse a los métodos tradicionales, insostenible para pequeñas y medianas empresas.
Una práctica exitosa ha sido que los flujos de pago o los flujos futuros, que se puedan comprometer en un fideicomiso, se utilizan como una garantía para los bancos, abriendo la oportunidad de acceder a financiamiento a una buena tasa y en un periodo razonable de pago, manteniendo el negocio vivo- uno de los principales problemas es que muchas PYMES quiebran- preservando empleos formales y permitiendo que el negocio crezca en el tiempo.
Según datos de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), en América Latina el 99.5% de las empresas formales son MIPYMES, de las cuales el 88.4% son microempresas, generando el 61% del empleo formal. A nivel local, al año 2020, habían inscritas 240,442 empresas clasificadas como mipymes, esto es el 98.7% del total de empresas inscritas. En términos generales, acaparan un 13% de la Poblacio´n Econo´micamente Activa, según el Banco Central.
El propio gobierno del presidente Luis Abinader ha dado muestras de respaldo sistemático al rescate y consolidación de este sector en el cual 2.2 millones de personas intervienen de una manera u otra, otorgando empleos directos a 642 mil personas.
Abinader ha sido enfático en que se trata de un tejido empresarial y económico determinante para el país. Las Mipymes “representan el 98% del tejido empresarial de la República Dominicana, llegando a generar hasta el 50% de los empleos en nuestro país, con un aporte directo a la economía de aproximadamente el 38% del PIB”, sostuvo en noviembre del año pasado.
En términos generales, una MIPYME nace con el enfoque de la supervivencia y no como una apuesta a la capitalización de un emprendimiento. Sumado al costo de formalización, permanecen unos años en la oscuridad, dejando de existir por no poder acceder al crédito. El fideicomiso enfocado puede ser una llave a nuevas oportunidades para ellas.