La deuda pública mundial se disparará en 2022, hasta un récord de más de 65 billones de euros
La gestora alerta de que en 2022 los costes de servicio de la deuda crecerán de manera significativa
La deuda pública mundial, que en 2021 aumentó un 7,8 por ciento, hasta los 65,4 billones de dólares (60 billones de euros), se disparará este año un 9,5 por ciento, hasta alcanzar un récord de 71,6 billones de dólares (65,4 billones de euros), con Estados Unidos, Japón y China como principales responsables de este aumento, según la segunda edición del Janus Henderson Sovereign Debt Index.
De este modo, después de que todos los países analizados aumentasen su endeudamiento en 2021, desde el inicio de la pandemia, la deuda pública mundial se ha incrementado en más de un 25 por ciento, desde los 52,2 billones de dólares de enero de 2020 hasta su nivel récord actual.
"La pandemia ha tenido un enorme impacto en la deuda pública y los efectos secundarios se seguirán notando aún un tiempo", ha señalado Bethany Payne, gestora de carteras del equipo de renta fija de Janus Henderson, para quien la guerra en Ucrania también ejercerá presión sobre los gobiernos occidentales para pedir más dinero prestado con el que financiar el creciente gasto en defensa.
La deuda de China fue la que creció a mayor ritmo y cuantía en términos de efectivo, con un aumento del 20 por ciento, o 650.000 millones de dólares (593.699 millones de euros), mientras que entre las grandes economías desarrolladas, Alemania registró el mayor incremento porcentual, con una subida del endeudamiento del 14,7 por ciento, casi el doble que la media mundial.
A pesar de los crecientes niveles de endeudamiento, la gestora de activos ha destacado que los costes del servicio de la deuda se mantuvieron bajos, puesto que en 2021 el tipo de interés efectivo sobre la totalidad de la deuda pública mundial fue de tan solo el 1,6 por ciento, por debajo del 1,8 por ciento de 2020.
Esto hizo que el coste del servicio de toda la deuda se redujera desde los 1,07 billones de dólares (977.320 millones de euros) en 2020 hasta 1,01 billones de dólares (922.520 millones de euros) en 2021.
Asimismo, la fuerte recuperación económica mundial del año pasado mejoró la ratio deuda/PIB mundial del 87,5 por ciento de 2020 al 80,7 por ciento de 2021, dado que el rebote de la actividad económica superó al incremento en el endeudamiento.
Sin embargo, Janus Henderson ha advertido de que en 2022 "los costes de servicio de la deuda crecerán de manera significativa", ya que espera que la carga por intereses a nivel mundial se incremente un 14,5 por ciento a unos tipos de cambio constantes, hasta 1,16 billones de dólares (1,05 billones de euros).
"El prisma del largo plazo muestra un cambio drástico", ha alertado la gestora, recordando que, en las dos últimas décadas, la deuda pública casi se ha triplicado a escala mundial, pero gracias a la reducción en los tipos de interés que acompañó primero a la crisis financiera mundial y después a la pandemia "ha provocado que los costes de intereses se hayan ampliado únicamente en un 33 por ciento".
En este sentido, ha indicado que el mayor impacto por este aumento de la carga del servicio de la deuda lo notará el Reino Unido, debido a los mayores tipos de interés, el impacto de la aceleración de la inflación sobre la deuda británica indexada y el coste del desmantelamiento del programa de relajación cuantitativa
"Pese a la reciente volatilidad, los inversores pueden encontrar oportunidades en los mercados de deuda pública", ha apuntado Bethany Payne, para quien en la actualidad "la temática es la divergencia", mientras que en los dos primeros años de la pandemia lo fue modo en que los mercados de bonos de todo el mundo estaban convergiendo.
"El cambio de paradigma ya está en marcha en EE.UU., Reino Unido, Canadá y Australia. Actualmente, estos países están centrados en cómo endurecer su política monetaria para moderar la inflación, mientras que otras regiones siguen relajándola", añade.
De este modo, respecto a la asignación de activos, la experta ha observado dos áreas de oportunidad. "Una es China, dedicada activamente a relajar la política monetaria, y la otra Suiza, que cuenta con más protección frente a la presión inflacionaria", ha señalado.