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Venezolanas y haitianas copan trabajos domésticos

María Bracho, una venezolana que hace cuatro años migró al país desde Maracaibo, Estado de Zulia en Venezuela, trabaja como doméstica en dos casas de familia en Santiago como muchas otras de su tierra y también de Haití.

Aunque tiene su pasaporte vencido, Bracho dice que le está yendo bien en el país y que muchas amas de casa la llaman para que trabaje en sus casas, pero que lo ha rechazado porque no puede forzarse tanto.

“Estoy haciendo diligencia para ver cómo una prima mía logra emigrar para acá y darle esa oportunidad, le he dicho que caería plantada de una vez y que los dominicanos son buenos y no discriminan a los inmigrantes”, comentó.

Raisa Rodríguez, otra venezolana, indicó que desde hace dos años trabaja en una casa de familia que la tratan muy bien y además, su tiempo libre lo dedica para hacer trabajos de limpieza en una cafetería.

La comerciante Marina Estévez refirió a Listín Diario que muy pocas dominicanas quieren trabajar en casas de familia.

“Les pagamos el sueldo mínimo establecido por ley, les damos comidas gratis y alojamientos si el contrato así lo sustenta, las tratamos bien, entonces no veo razones por las que no quieren trabajar en casas de familia”, observó.

Estévez dijo que anteriormente habían personas que humillaban y trataban mal a las trabajadoras domésticas, pero que los tiempos han cambiado.

Otras amas de casa de clase alta y media informaron al Listín Diario, que muchas veces tienen que pagarles a otras personas para les ubiquen trabajadoras domésticas, pero casi siempre las que aparecen son venezolanas y haitianas.

Preferencia En cuanto al cuidado de niños, muchas jefas de hogar manifiestan su preferencia de contratar dominicanas o venezolanas, porque como su idioma oficial es el español, sus hijos las entienden mejor.

Sin embargo, en cuanto al cuidado de ancianos, enfermos y parientes en condiciones especiales, prefieren haitianas graduadas en enfermería.

“Mi madre está enferma, inválida y quien la cuida es una enfermera haitiana, hasta ahora no tengo queja del trabajo que está haciendo”, señaló la arquitecta Rosaura García.

Personas consultadas agregaron que hay muchas haitianas que estudiaron y cursan la carrera de enfermería en diferentes universidades y que como a muchas de ellas tienen los permisos de trabajo y de estadía en el país vencidos se le dificulta encontrar trabajo en centros de salud públicos y privados, por lo que deciden prestar sus conocimientos en casas de familia cuidando ancianos y enfermos.