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Aracelis, una mujer valiente que da a sus tres hijos ejemplo de superación

Foto: Leonel Matos / LD

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Yasmel CorporánSanto Domingo, RD.

Aracelis Sánchez es madre de dos adolescentes de 16 y 14 años, y de un niño de ocho años. Todos los días a partir de las 6:00 de la mañana, con la mejor actitud y sin descanso, la mujer residente de Sabana Perdida, en Santo Domingo Norte, está de pie en la cocina de su vivienda, preparando “la venta diaria” de la pequeña cafetería con la que obtiene el sustento de sus hijos.

Anteriormente, esta madre soltera laboraba como parte del personal de limpieza de la Alcaldía de Santo Domingo Norte, pero fue cancelada de esa posición hace unos 18 meses.

Cuando la necesidad llegó a su puerta al quedarse sin empleo en pleno auge de pandemia, Aracelis tuvo que poner en marcha la creatividad para llevar el pan a la mesa.

“Yo al verme en esa situación lo primero que pensé es que tenía que cubrir mis gastos, pagar mi casa y mantener a mis hijos”, relató. Según contó a periodistas de Listín Diario, no podía darse el lujo de “sentarse a esperar” que las oportunidades de trabajo llegaran y fue en ese momento cuando pensó en empezar a vender empanadas en la galería de su casa.

Es así como desde hace un año y medio esta joven madre se gana la vida. Además de vender empanadas, Aracelis también ofrece café y chocolate caliente a sus clientes, quienes en su mayoría son también sus vecinos.

Pese a que las ganancias de su pequeño emprendimiento solo le permiten cubrir sus necesidades básicas y las de sus tres hijos, la residente de Sabana Perdida manifestó sentirse agradecida por poder encontrar la manera de llevar sustento a su familia en medio de la crisis económica que atravesó y aún persiste en todo el país por la pandemia del Covid-19.

“Siempre he tenido esa actitud como de echar hacia adelante no importa cómo”, sostuvo Aracelis. Ese espíritu emprendedor es lo que la anima a no desmayar cuando las cosas se ponen difíciles y la hace soñar con algún día tener un local propio, fuera de la galería de su vivienda.

Sin embargo, la mujer de 36 años reconoció que ese anhelo se ve difuso en el futuro cercano, porque para ello, requiere disponer de recursos con los que no cuenta en este momento.

“Claro que yo quisiera que mi negocito sea más grande, que más gente lo conozca, porque yo sé que lo que vendo, además de que es hecho con amor, es de calidad, pero eso toma tiempo, yo no me voy a desesperar”, expresó con una sonrisa optimista. Aracelis no recibe ninguna ayuda económica del Estado, su único ingreso es su pequeña cafetería. Aunque advirtió que “hay días mejores que otros” en cuanto a las ventas, el espíritu de crecimiento, no decae en ella pese a las adversidades, actitud que según dijo, es “el mejor ejemplo que le puede dar a sus hijos”. .

Apostando al trabajo tesonero y honrado, esta munícipe de Sabana Perdida no pierde las esperanzas de algún día ver materializadas todas sus metas.

Le encanta servir Más allá de la protección que brinda a alguien de cualquier persona adversa que ande alrededor con intenciones de ingresar para hacer daño o maltratar, Benedicta pone su enfoque en el trato humano y lo considera un “servicio maravilloso” por estar siempre cara a cara con las personas.

Es donde pone a prueba sus valores y de lo que está hecha. “Este trabajo es maravilloso, es un trabajo humano. Aparte de ser seguridad, no es tanto el peligro que representa, lo mejor es la parte humana”, dijo.