Estos son algunos retos de la seguridad social para 2022 ante el COVID
La pandemia del coronavirus y sus nuevas cepas ha agudizado la necesidad de contar con un seguro de salud
En el 2020, justo en el momento en el que el mundo empezó a vivir en una pandemia, solo el 46.9% de la poblacio´n mundial estaba efectivamente cubierta por al menos una prestacio´n de protección social, mientras que el 53.1% restante, unos 4,100 millones de personas, estaba totalmente desprotegido.
Dos años después, la pandemia sigue y los casos en vez de reducirse, empiezan a subir, y mucha gente en el mundo también continúa sin seguridad social.
Según el “Informe Mundial sobre la Protección Social 2020-2022”, el acceso a la atención de salud y a las prestaciones por enfermedad y desempleo ha cobrado especial relevancia durante la pandemia. Aunque casi dos tercios de la poblacio´n mundial esta´ protegida por algún tipo de régimen de salud, siguen existiendo importantes brechas de cobertura y adecuación.
Este documento de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presenta algunos retos que deberán enfrentar los países pues los altos niveles de inseguridad económica, la pobreza persistente, el aumento de la desigualdad, la informalidad generalizada y el contrato social frágil se han visto agravados por el COVID-19.
Aquí presentamos cinco retos de la seguridad social para este año, según la OIT, cuando la pandemia persiste:
1. Siguen existiendo barreras para acceder a la atención de salud en forma de pagos directos de los servicios de salud, como la distancia física, las limitaciones en la gama de servicios disponibles, la calidad y la aceptabilidad de los servicios de salud, los largos tiempos de espera y los costos de oportunidad como, por ejemplo, el tiempo de trabajo perdido.
2. La financiación colectiva, una mancomunación amplia de los riesgos y las prestaciones basadas en los derechos son condiciones clave para apoyar el acceso efectivo a la atención de salud para todos de una manera que responda a los impactos que se produzcan.
3. La pandemia esta´ llamando la atención sobre los retos que supone la contratación, el despliegue, la retención y la protección de trabajadores sanitarios bien formados, apoyados y motivados para garantizar la prestacio´n de servicios de salud de calidad.
4. Las medidas de protección social para hacer frente a la crisis de la COVID-19 deben mantenerse hasta que la crisis amaine y la recuperación este´ bien encauzada. Con este fin será necesario seguir invirtiendo en los sistemas de protección social a fin de mantener el nivel de vida, garantizar un acceso equitativo a las vacunas y a la atención de salud, y evitar una mayor contracción económica.
5. Es preciso construir sistemas de protección social universal y permanentes que proporcionen una cobertura adecuada e integral a todos, orientados por un diálogo social tripartito eficaz.
6. Es necesario seguir invirtiendo en protección social para cubrir los déficits de financiación. Concretamente, dar prioridad a las inversiones en los pisos de protección social definidos a nivel nacional es fundamental para cumplir la promesa de la Agenda 2030.
Datos
Este informe de la OIT reveló que más de 4,000 millones de personas todavía no tienen acceso a ninguna protección social.
Además, indica que existen diferencias regionales considerables en materia de protección social. Europa y Asia Central tienen las tasas de cobertura más altas, con 84% de la población cubierta por al menos una prestación. Las Américas también tienen una tasa superior a la medida mundial, con 64.3%. Asia y el Pacífico (44%), los Estados Árabes (40%) y África (17.4%) tienen evidentes deficiencias en materia de cobertura.
A nivel mundial, la gran mayoría de los niños aún no tiene una cobertura efectiva de protección social; sólo uno de cada cuatro niños (26.4%) se beneficia de una prestación de protección social. Sólo 45% de las mujeres con recién nacidos recibe una prestación de maternidad en efectivo. Sólo una de cada tres personas con discapacidad grave en el mundo (33.5%) recibe una prestación por invalidez.
A fin de garantizar al menos una cobertura de protección social básica, los países de bajos ingresos deberían invertir US$77,900 millones adicionales al año, los países de ingresos medios-bajos US$362,900 millones adicionales al año, los países de ingresos medios-altos US$750,800 millones adicionales al año. Esto equivale respectivamente a 15.9; 5.1 y 3.1% de su PIB.