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Los mitos del fideicomiso público

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Andrés Vander HorstSanto Domingo, RD.

Hasta hace poco la palabra “fideicomiso” era desconocida. Aunque la ley que rige a ese instrumento jurídico de negocios tiene 10 años, nunca como ahora se había empleado tanto al servicio del desarrollo económico, iniciativa, sobre todo, del presidente Luis Abinader.

El fideicomiso público tiene a su haber una historia de éxitos, rentabilidad, eficiencia y transparencia, pero las “alarmas” en ciertos sectores han despertado al ser utilizado con fuerza.

Para entenderlo mejor y no caer en desinformaciones, les presento una serie de mitos y verdades.

Mito 1: Los Fideicomisos Públicos es un invento de República Dominicana. Falso. Es una figura utilizada en el mundo, muy empleada en América Latina y el Caribe por gobiernos de las más distintas corrientes políticas, desde hace décadas.

Según estadísticas de la Federación Latinoamérica de Bancos (Felaban), la cantidad de Fideicomisos Públicos registrados por país de la región ha sido importante. En Ecuador existen 873, en México 589, en Colombia 258, en Panamá 103, Guatemala 77, Honduras 63 y Perú 23. ¿Y en República Dominicana? En 2020 teníamos seis fideicomisos públicos, pero cerraremos este año con 21.

Mito 2: No existen controles cuando el gobierno transfiere recursos a los Fideicomisos Públicos. Todo lo contrario, son muy regulados. De hecho, tres organismos reguladores están en constante fiscalización: Impuestos Internos, la Superintendenciade Bancos y la Superintendencia del Mercado de Valores, los cuales aseguran que exista un correcto uso de la figura y una efectiva transparencia en sus operaciones.

Mito 3: Los Fideicomisos Públicos representan la entrega de recursos al sector privado para su administración. Nada más alejado de la realidad. Todos los Fideicomisos Públicos tienen como Fideicomitente y Fideicomisario al Estado dominicano, representado en alguna institución del Gobierno Central.

Esto quiere decir que el Gobierno es el propietario absoluto de todos los bienes y derechos aportados al Fideicomiso, por lo que al igual como pasa hoy en día con los activos existentes en la administración pública regular, cualquier tipo de venta o enajenación de un bien público posterior, debe contar con la autorización del Congreso de la República.

Mito 4: El gobierno dominicano pierde el control de los recursos cuando entrega fondos a un Fideicomiso Público. No los pierde, ya que las Fiduciarias deben actuar en el marco de un contrato constitutivo que da nacimiento al Fideicomiso y por instrucciones expresas de su Fideicomitente.