Enfoque
Crecimiento del PIB supera las expectativas
No se puede ignorar que desde hace décadas la economía dominicana viene teniendo un desempeño que la coloca entre las primeras de América Latina, una verdad de Perogrullo para extraños pero vista con cierto escepticismo por no pocos dominicanos, especialmente aquellos que no alcanzan a tener el nivel de comprensión de estos temas a menos que toque sus bolsillos directamente.
A pesar de la caída en el año 2020 de un 6.7% del Producto Interno Bruto (PIB), con relación al año anterior, como resultado de los efectos de la pandemia del Covid-19, República Dominicana ofrece una proyección para final de este año a un ritmo de expansión interanual de dos dígitos, es decir de 10% o más.
En el plano macroeconómico, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) ha señalado que el PIB nominal se ubicaría en US91,561.3 millones este mismo año, mientras “las tasas de interés se encuentran en niveles históricamente bajos, al observarse una disminución entorno a 400 puntos básicos de la tasa de interés activa promedio de la banca múltiple”.
Las importaciones y exportaciones, además, experimentaron un buen desempeño por la acelerada recuperación de la demanda interna, en tanto las reservas internacionales, según refiere el propio BCRD, alcanzaron un máximo histórico de US13,060.3 millones al cierre de agosto de este año, equivalente a 7.5 meses de importaciones y 14.3 % del PIB.
En términos reales, todos los bienes y servicios que se intercambiaron (PIB) hasta el mes de julio registraron un crecimiento de 3.5 % respecto al mismo período del año 2019, que fue el tiempo previo al Covid-19.
Si ese comportamiento de la economía local se analiza en el marco de la crisis sanitaria, y observamos la perspectiva de reproducción del Covid-19 en nuevas sepas y los factores externos que aún amenazan el crecimiento pospandémico, el país está más que calificado para sentirse satisfecho por su desempeño.
Si eso lo comentamos entre dominicanos surge la duda y los cuestionamientos. Ha sido así siempre, en este y en los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), pero resulta que las informaciones acerca del performance de la dinámica económica criolla ha sido avalado siempre por los organismos internacionales. La Reversa de la Reforma La conjunción de factores externos habría llevado al presidente Luis Abinader a echar para atrás una serie de reformas tributarias que son necesarias para que el país incremente su presión fiscal y mejore su fiscalidad, decisión que sin lugar a dudas generó una moderada preocupación en los mercados y los agentes económicos internacionales.
“La mejor historia macroeconómica de América Latina”. Así tituló la unidad de Investigación Global del Bank of América, un estudio que incluyó consultas a especialistas locales, legisladores e instituciones oficiales dominicanas para llegar a las conclusiones que paso a compartir y que coinciden con las proyecciones del BCRD.
Están asombrados esos analistas de cómo República Dominicana a pesar de haber abortado por ahora la ansiada reforma fiscal, su economía “tiene la mayor perspectiva macroeconómica del continente para los próximos años”.
“Por supuesto, esto no es un juicio de valor sobre el puesto-República Dominicana no tiene grado de inversión (a diferencia de Chile, Perú, México, Panamá y Uruguay)-sino más bien la trayectoria.
Las razones son: una notable recuperación del PIB, resultados fiscales mucho mejores de lo esperado, estabilidad política (anclada en políticas favorables al mercado) y avances en las reformas estructurales”, dicen los investigadores.
El informe destaca que tanto las autoridades y los analistas locales ajustaron repetidamente al alza sus previsiones de crecimiento del PIB para el año en 11,5%, solo por debajo de Perú, mientras se espera un 5% para el año entrante, este último número el más alto de la región junto con Panamá. Refieren que las cifras oficiales son más conservadores: 10% del PIB para 2021.
Este año, se ha producido una consolidación fiscal pues de 7.6 % que fue el déficit del PIB el año de la pandemia, los ingresos crecieron a tasas de dos dígitos y los gastos se contrajeron debido a la infra ejecución de la inversión de capital.
La enmienda presupuestaria aprobada el mes pasado estipulaba un déficit fiscal de 3%, sin embargo para los especialistas de la entidad bancaria estadounidense, el déficit asombrosamente será de 2%, aunque no pocos expertos locales predicen un 1%.
Los sustentadores del referido trabajo no son tan optimistas en relación a que el déficit pueda ser como lo ven algunos locales, de 1%
En otro sentido, cuando abordan el tema eléctrico de República Dominicana, la unidad de Investigación del BofA aduce que puede marcar la diferencia a largo plazo.
Las finanzas públicas y la productividad-entienden- tendrán que cambiar porque el déficit fiscal habrá de reducirse como resultado, aunque los beneficios deberían comenzar a acumularse con más claridad en 2023 y en adelante.
Acerca del incremento de los precios del petróleo y el carbón en los mercados internacionales implica que los generadores deben cobrar un precio más alto, pero las empresas estatales de distribución no pueden traspasar el costo a los consumidores porque los precios regulados han estado congelados durante más de una década.
Las expectativas positivas futuras en la economía no solo se vislumbra en las oficinas del BCRD, sino que el Banco Mundial estima un crecimiento de 4.8 para el año que culmina y 4.5 por ciento del PIB para el próximo.
En su informe “Perspectivas económicas mundiales del Banco Mundial” el organismo financiero destaca la contracción experimentada por las economías de la región, de un 6.9 % el año pasado. No obstante a la coincidencia en el optimismo sobre el desempeño de la economía de RD entre los economistas locales y los organismos internacionales, la cautela es la que debe prevalecer en las esferas oficiales en tiempos en que los mercados son vulnerables a los temas pandémico y climático.