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La industria creativa: fundamental para alcanzar los ODS 2030

Mucha gente ignora que las carreras del futuro pertenecen a la economía naranja, razón por la que es preciso que el sector público y el privado generen alianzas a favor de esta industria del futuro

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Jhenery RamírezSanto Domingo, RD

La economía naranja o creativa está compuesta por actividades comerciales en donde el valor del resultado final se debe principalmente al contenido creativo, incluida la industria cultural y las creaciones funcionales. Mucha gente, puede pensar que sin esta industria es posible que República Dominicana cumpla con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Sin embargo, la realidad es otra, porque así como el software, la tecnología, la robótica y otras áreas, la economía creativa constituiría una de las principales industrias del futuro.

Para el Premio Nobel en economía, Amartya Sen, las libertades creativas están en el centro de las políticas de desarrollo humano, de ahí su importancia en el cumplimiento de los ODS al 2030. Y es que más allá del desarrollo cultural, la industria naranja representa un impacto positivo para la sociedad y la economía en general, la cual agrupa varios ámbitos: ARTES Y PATRIMONIO

En estas se incluyen las artes visuales, como la pintura, escultura, fotografía, vídeo, arte y performance. También, las artes escénicas como conciertos, óperas, circo, orquestas, danza y teatro. De igual forma, el turismo y el patrimonio cultural, como museos, gastronomía, parques naturales, artesanías, archivos, festivales y carnavales; y la educación cultura y creativa.

INDUSTRIAS CULTURALES

Estas están compuestas por editorial (librerías, periódicos, revistas y literatura en general), fonografía (música grabada) y audiovisual (cine, televisión, vídeo y radio).

NUEVOS MEDIOS Y SOFTWARE DE CONTENIDOS

Aquí se incluyen los medios digitales (videojuegos, contenidos interactivos audiovisuales, plataformas digitales, creación de software y aplicaciones y animación, así como las agencias de noticias y otros servicios de información), el diseño (interiores, artes gráficas e ilustración, joyería, juguetes, productos industriales, arquitectura, moda y mobiliario) y publicidad (servicios de asesoría; servicios creativos; producción de material publicitario; utilización de medios de difusión, creación y realización de campañas de publicidad y campañas de mercadeo).

Vistas estas áreas, se requiere afirmar que la economía naranja o creativa guarda una relación implícita con varios de los ODS, entre los que se encuentran los siguientes con sus respectivas metas:

ODS 4: Educación de calidad

Meta 4.7. De aquí a 2030 se debe asegurar que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible (...) y la valoración de la diversidad cultural y la contribución de la cultura al desarrollo sostenible.

ODS 8: Trabajo decente y crecimiento económico

Meta 8.3. Promover políticas orientadas al desarrollo que apoyen las actividades productivas, (...), la creatividad y la innovación, entre otros.

Meta 8.9. De aquí a 2030 elaborar y poner en práctica políticas encaminadas a promover un turismo sostenible que cree puestos de trabajo y promueva la cultura y los productos locales.

ODS 9: Industria, Innovación e Infraestructuras

Meta 9.b. Apoyar el desarrollo de tecnologías, la investigación y la innovación nacional en los países en desarrollo (...).

ODS 11: Ciudades y comunidades sostenibles

Meta 11.4. Redoblar los esfuerzos para proteger y salvaguardar el patrimonio cultural y natural del mundo.

ODS 12: Producción y consumos responsables

Meta 12.b. Elaborar y aplicar instrumentos para vigilar los efectos en el desarrollo sostenible, a fin de lograr un turismo sostenible que cree puestos de trabajo y promueva la cultura y los productos locales.

Cada uno de estos ODS responde a las áreas creativas y un país que ha sabido tratar el tema es Colombia. Incluso, en el documento “ABC Economía Naranja” (donde se mencionan estas carreras del futuro) del Ministerio de Cultura de esa nación, se cita que la aprobación de un Plan Nacional de Desarrollo sella por primera vez un pacto por la protección y promoción de su cultura y el desarrollo de la Economía Naranja, por lo que su inclusión representa un hito en la historia de las políticas del Estado colombiano en materia cultural.

Con esto, Colombia busca fortalecer y crear mecanismos que permitan desarrollar el potencial económico de la cultura y generar condiciones para la sostenibilidad de las organizaciones y agentes que la conforman, en concordancia con los ODS.

Este mismo documento, cita los modelos de gestión de la economía naranja y los emprendimientos creativos:

En Colombia se impulsa la economía naranja a través de una política que reúne siete líneas estratégicas, en la que participan 21 entidades del Gobierno Nacional con más de 70 programas enfocados en generar condiciones para que los proyectos creativos de los colombianos en cualquier territorio sean sostenibles.

Pero, ¿Qué debe hacer República Dominicana para impulsar la economía naranja y cumplir con los ODS?

El encuentro del 10 al 13 de noviembre de 2020 “Cultura para un desarrollo sostenible” de la Oficina Técnica de Cooperación Internacional (AECID), la Embajada de España y Cooperación Española con el apoyo de entidades gubernamentales dominicanas, entre las que se encuentran el Ministerio de Economía y el de Industria, Comercio y Mipymes, sirvió como el escenario ideal para discutir esta pregunta.

La actividad tuvo como finalidad identificar la contribución del sector cultural, al logro de cada uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, las necesidades de formación y capacitación y las herramientas que faciliten la evaluación de ese desempeño para apoyar el logro de los ODS en República Dominicana.

Aquí se llegaron a las siguientes conclusiones en materia de avances del país en la economía naranja:

-Se recomendó al Ministerio de Cultura la creación de un Observatorio de la Cultura Dominicana, que sea independiente basándose en la evidencia y en los datos estadísticos y se propuso la instauración del Banco de Información Cultural del Ministerio de Cultura, iniciativa que permitiría consultar en tiempo real el número de actores culturales activos, sus proyectos, situación laboral, entre otros.

-Se propuso formular programas y políticas que promuevan el mapeo de datos provenientes del comportamiento del sector creativo en la economía, e impulsar un sistema de información cultural con datos cuantitativos y cualitativos.

-Se sugirió dar a conocer y ampliar el conocimiento sobre los ODS entre la comunidad artística para aprovechar actividades culturales y divulgar cápsulas de medios de vida sostenibles, lo que aporta a la meta 12.8 de asegurar que las personas de todo el mundo tengan la información y los conocimientos pertinentes para el desarrollo sostenible y los estilos de vida en armonía con la naturaleza.

-Además, se propuso crear una herramienta que permita evaluar cualitativa y cuantitativamente la contribución a los ODS desde la cultura en República Dominicana y negociar e impulsar la adopción de medidas fiscales, comerciales y de mercadeo que permitan potenciar la imagen cultural dominicana, tanto en el interior como en el exterior del país y rentabilizarla.

Otras acciones que crearían una República Dominicana naranja son la definición de planes de gestión para la recuperación y puesta en valor de los recursos culturales y naturales asociados al patrimonio cultural material e inmaterial que puedan ser parte de las políticas de turismo sostenible, aumentar la financiación del sector creativo, repetir y establecer la periodicidad de la Encuesta de Consumo Cultural y actualizar a los trabajadores del sector cultural en avances tecnológicos.

La economía naranja según organismos internacionales

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) define que “se entiende por industrias culturales y creativas a aquellos sectores que tienen como objeto principal la creatividad, la producción o reproducción, la promoción, la difusión y la comercialización de bienes, servicios y actividades de contenido cultural, artístico o patrimonial”.

La Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNCTAD), por su parte, señala a las industrias creativas como “ciclos de creación, producción y distribución de los bienes y servicios provenientes de la creatividad. Son un conjunto de actividades basadas en el conocimiento, que se relacionan con el comercio y los derechos de propiedad intelectual para generar ingresos”.

Para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la economía naranja o creativa se define como “el grupo de actividades a través de las cuales las ideas se transforman en bienes y servicios culturales y creativos, cuyo valor está o podría estar protegido por derechos de propiedad intelectual”.