Control interno y auditoria en tiempos de pandemia

Uno de los retos de la administración empresarial en el periodo de confinamiento que ha provocado el COVID-19, radica en la imposibilidad de ejecutar las visitas de auditoría de manera presencial. Organizaciones con varias sedes ejecutan de manera regular sus planes de auditoría, los cuales incluyen como un componente de importancia, las visitas físicas o remotas, cuyo propósito principal es revisar las documentaciones, soportes e inspecciones físicas de sus activos y otros procedimientos que son de suma importancia al momento de documentar las auditorias.

Mientras algunas empresas prefieren programar sus visitas, otras lo hacen de manera repentina. Sin embargo, ambas modalidades de revisión tienen como objetivo el cumplimiento de los manuales de procedimiento y evitar malos manejos financieros y contables, ya que dichas desviaciones podrían ser fácilmente detectadas durante una de estas visitas de control.

En el panorama actual de confinamiento, esa no es una opción, lo que ha abierto la puerta al fraude, el cual podría producirse al amparo de la falta de vigilancia cercana. Con la reducción generalizada de las operaciones es de esperarse una disminución sustancial en la cantidad de transacciones que deben ser revisadas, y al mismo tiempo un incremento en los casos de fraude interno.

Ante esta situación, los departamentos de control interno de las empresas deberán responder adaptando y refinando sus herramientas de detección remota, con el fin de identificar a distancia y oportunamente, posibles hechos que atenten contra los recursos de las mismas.

Lamentablemente esto no basta, dejando a las organizaciones en una condición de vulnerabilidad, que puede ser aprovechada por empleados deshonestos, así como también, por delincuentes actuando en conveniencia con ellos, que procuren desviar recursos que hoy más que nunca las compañías necesitan preservar.

La reactivación parcial de la economía, el permiso de operación otorgado a ciertas industrias, la posibilidad de abrir locales y comercios en los municipios limpios del virus, así como el desespero de muchas personas debido a la precarización de su realidad económica, serán factores de agravamiento del riesgo de fraude para las organizaciones.

Ya llegará el momento de retomar los procedimientos que incluyen medidas de control, así como la realización de los planes anualizados de auditoría que permitan mejorar las condiciones de gestión adecuada en las empresas. Si desea conocer más sobre nuestros servicios de apoyo en procesos de auditoría remota mediante el uso de tecnologías de punta, no dude en contactarnos.

La autora es

Socia de Auditoría

Deloitte República Dominicana