Bienestar laboral y desarrollo de nuevas habilidades
El último año ha puesto de relieve en las organizaciones de todos los países, pero también en las sociedades en general, la necesidad protagónica de un equilibrio saludable entre las actividades laborales y la vida personal-familiar, así como la búsqueda de replantear las habilidades profesionales para hacer frente a los desafíos actuales en virtud de generar resultados óptimos de negocio y acortar la brecha sobre los requerimientos en cuanto al futuro del trabajo.
El bienestar físico y mental se convirtieron en ejes inseparables de las estrategias corporativas, bajo un principio de supervivencia ante la situación de crisis, obligando a las empresas a que repensaran sus objetivos de crecimiento, en virtud de crear planes para proteger la salud integral de sus trabajadores en favor de preservar los indicadores operativos.
Hay que decir que 950 líderes de América Latina (6.000 a nivel global), quienes participaron en el estudio sobre Tendencias de Capital Humano de Deloitte 2021, indicaron que el bienestar de sus colaboradores es la máxima prioridad actual de sus compañías y el 79% estuvo de acuerdo en que el teletrabajo ha beneficiado a sus organizaciones, siendo importante que se puedan desplegar iniciativas y políticas que otorguen libertad a trabajadores para fijar sus propios límites comprendiendo sus necesidades reales, empoderar a los equipos para que puedan conectar en espacios colaborativos que les permitan liberar sus aptitudes colectivas en forma exponencial y que las capas de liderazgo inviertan, pero además promuevan el diseño del trabajo con foco en el bienestar.
Otro de los impulsores clave para dejar atrás la visión de supervivencia y avanzar hacia la prosperidad corporativa es que los colaboradores sean liderados con base en el fortalecimiento de las aptitudes naturales de cada individuo, atendiendo a la voluntad de cada quien, para que elijan su propio camino de aprendizaje, formas de adaptarse y acciones que generen impactos transformacionales.
Los datos globales de la encuesta de Deloitte sobre Tendencias de Capital Humano también nos confirman que el 72% de líderes considera que la capacidad de su personal para explorar vías de conocimientos alternativas o aptitudes especializadas para desenvolver nuevos roles (reskilling) o actualizar su dominio técnico para afianzar la experticia de sus roles actuales (upskilling), son los factores más importantes o el segundo más importante para navegar situaciones de incertidumbre en una era de cambios permanentes y alta disrupción tecnológica.
Estas dos tendencias que destacamos (Bienestar – Desarrollo de personas), enfatizan la trascendencia de que las organizaciones, hoy más que nunca, dirijan el centro de sus decisiones a proteger los intereses de su fuerza laboral y a brindar oportunidades de desarrollo que se concentren en capitalizar las aptitudes que son distintivamente humanas como la inteligencia social, la resolución de problemas y el análisis – síntesis.