República Dominicana, hub de producción
República Dominicana tiene mucho interés en convertirse en un nido de producción. Para lograrlo, tendrá que echar mano del nearshoring, un mecanismo que utilizan algunas empresas para transferir procesos de negocios en destinos lejanos, con el fin de reducir sus costos.
Esto, en línea con lo aprendido por las grandes fábricas en plena pandemia de coronavirus: toda la cadena de suministro no se puede concentrar en un solo lugar, ya que cualquier inconveniente frenaría todos sus procesos de producción.
Por ello, las empresas establecidas en Asia y Europa, principalmente, están mirando hacia América Latina y el Caribe (ALC) para diversificarse y estar más cerca de los mercados de este hemisferio.
William Malamud, vicepresidente ejecutivo de la Cámara Americana de Comercio de la República Dominicana (Amchamdr), señala que el nearshoring va de la mano de las aspiraciones de la media isla de convertirse en hub logístico del Caribe, por lo que, si el país lo logra, más líneas navieras pasarán por sus puertos.
Bajar los precios de transporte y logística es un reto que atañe a toda la región de ALC, de modo que los países sean más atractivos para la inversión extranjera.
Esos montos oscilan entre el 18% y el 35% del valor del producto (e incluso más en el caso de las pequeñas y medianas empresas, ya que puede rondar el 45%), comparado con aproximadamente el 8% del valor del producto en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de acuerdo con el estudio La logística como motor de la competitividad, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Por lo tanto, será necesario que República Dominicana baje sus costos transaccionales, así como los tiempos de despacho de mercancía, y elimine la complejidad del comercio transfronterizo, considera Malamud.
De hecho, desde el gobierno también se está apoyando la meta del nearshoring, a través del Comité Nacional de Facilitación del Comercio (CNFC) y la Dirección General de Aduanas (DGA), sobre todo en lo referente a la agilización de los procesos.
Recientemente, el titular de la DGA, Eduardo Sanz Lovatón, anunció que realizan los ajustes para que a partir del próximo primero de junio el despacho de mercancías en los puertos no tarde más de 24 horas, un proceso que en la actualidad puede demorar hasta seis días.