¿Cómo se mide la calidad de tu empleo?
En la actual crisis generada por la pandemia del COVID-19, para muchas personas lo más importante es conseguir un empleo con que generar los ingresos necesarios para sostener su familia o sus proyectos inmediatos, aunque en un plazo no muy lejano la calidad de este empleo será determinante para su motivación, crecimiento y permanencia en el mismo, pero ¿cómo medir la calidad del empleo?
Los expertos en materia laboral han determinado que la calidad del trabajo tiene todo que ver con las expectativas individuales y colectivas de las personas sobre su desempeño laboral y los beneficios que esta labor debe generar en su calidad de vida.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la medición de la calidad del empleo se logra tomando en cuenta el salario, las horas de trabajo, la cobertura de la seguridad social, el tipo de contrato, la seguridad en el lugar de trabajo, el acceso a licencia remunerada, la licencia parental y por enfermedad y las oportunidades de promoción profesional.
Para mercados laborales como el dominicano, la generalidad de las y los trabajadores valoran como fundamental para un empleo decente la oportunidad de crecimiento, el ingreso justo, la flexibilidad, la cobertura de la seguridad social y la garantía del respeto a los derechos laborales adquiridos, pero este tipo de empleo no abunda.
Los salarios y el tiempo de trabajo son dos aspectos claves para determinar el “Índice de Calidad del Empleo del Sector Privado” en Estados Unidos y este dato depende del tipo de industria o empresa en la que se consigue el empleo.
Para Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) definir lo que es un trabajo de calidad o decente implica medir y evaluar la estructura del mismo en tres variables: la calidad de las ganancias, la seguridad (que incluye el riesgo de desempleo y el seguro de desempleo).
Asimismo, para la ODCE la calidad del entorno laboral es fundamental, esto incluye evaluar los factores de riesgo para la salud física, las largas jornadas laborales, la inflexibilidad de las horas de trabajo, la autonomía laboral, las oportunidades de aprendizaje y las oportunidades de ascenso profesional.
Con la llegada de la pandemia, otra modalidad laboral se impuso, el teletrabajo, y con ella se tendrán que construir nuevos medidores para definir la calidad de los empleos, nuevos desafios como la facilitación de herramientas e insumo, ingresos justos, la protección social, la valoración del trabajo por resultado y la disponibilidad laboral. No obstante este es un nuevo desafio que tendrá que ser bien ponderado y ajustado a las normas internacionales para asegurar la calidad del empleo o el trabajo decente.