Flujos de inversión extranjera directa en AL cerrarán 2020 con caída cercana al 50%
A nivel mundial, los montos de IED se reducirían un 40% en 2020, y de un 5% a un 10% en 2021.
En América Latina y el Caribe la caída de la inversión extranjera directa (IED) se ubicará entre 45% y 55%, como consecuencia de la crisis derivada de la pandemia del COVID-19, así lo informó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) al presentar su estudio anual La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2020.
A nivel mundial, los montos de IED se reducirían un 40% en 2020, y de un 5% a un 10% en 2021, según explica la secretaria ejecutiva del organismo, Alicia Bárcena, al dar a conocer el estudio en el que destaca que en 2021, la IED alcanzaría su menor valor desde 2005.
La ejecutiva, en la conferencia de prensa virtual, señaló que América Latina y el Caribe es la región que tendría la baja más pronunciada. Indicó que en Centroamérica, las entradas de inversión extranjera directa crecieron únicamente en Panamá y Guatemala y que en el Caribe, los flujos de IED dirigidos a República Dominicana superaron la caída del año anterior, mientras Trinidad y Tobago registró inversiones positivas.
“Los aportes que ha hecho la IED en la región han sido relevantes, como complemento de la inversión nacional y fuente de nuevos capitales, así como para la expansión de actividades exportadoras y el desarrollo de la industria automotriz, las telecomunicaciones, algunos segmentos de la economía digital y también de sectores que hoy adquieren una importancia estratégica en el contexto de la pandemia de COVID-19, como es el caso de las industrias farmacéutica y de dispositivos médicos”, destaca el estudio.
Refiere que los problemas estructurales de las economías de la región y los nuevos escenarios internacionales hacen necesario también que la IED y las políticas para promoverla sean parte de un proyecto más amplio que impulse un cambio estructural progresivo, un cambio que permita aumentar la productividad y alcanzar inclusión social, igualdad y sostenibilidad ambiental.
“La IED recibida por América Latina y el Caribe no ha catalizado cambios relevantes en la estructura productiva de la región, en gran medida debido a que las políticas de atracción de estos flujos no se han articulado con las de desarrollo productivo, expresó Bárcena.
Agregó que la IED ofrece grandes oportunidades para avanzar hacia una nueva economía sostenible, pero que "urge recuperar el rol de las políticas industriales como instrumento de transformación de la estructura productiva de la región”.
La alta funcionaria recordó que la CEPAL ha identificado siete sectores dinamizadores que tienen un papel estratégico porque promueven el cambio técnico, generan empleos y reducen la restricción externa y la huella ambiental.
Estos sectores son: la transformación de la matriz energética con base en las energías renovables, la movilidad sostenible y los espacios urbanos, la revolución digital para la sostenibilidad, la industria manufacturera de la salud, la bioeconomía, la economía circular y el turismo sostenible.