Economia & Negocios

La cooperación público-privada, clave para el futuro del sector turístico

Las llegadas de turistas caerán globalmente un 50 % en 2020

La cooperación entre el sector público y la empresa privada es fundamental para la supervivencia del sector turístico más allá de la pandemia, afirmaron hoy representantes de ambos ámbitos en una conferencia organizada por la "World Travel Market" (WTM, en sus siglas en inglés). "Si algo positivo ha surgido de esta crisis, es que ha mejorado este diálogo", declaró el secretario de Estado británico de Turismo, Deporte y Legado digital, Nigel Huddleston, en la denominada "cumbre ministerial" de la feria mundial de turismo WTM, celebrada este año por internet. Huddleston destacó la importancia de las medidas económicas adoptadas por Gobiernos como el del Reino Unido para proteger el empleo y a los negocios frente a las restricciones impuestas para combatir el virus, si bien advirtió de que "ningún sector obtendrá un cien por cien de lo que desea". En la misma conferencia, el ministro de Turismo de Costa Rica, Gustavo Sancho, avisó de que, ante la menor recaudación de impuestos por la actual crisis, deben hallarse nuevas fórmulas de tributación. Su país se plantea impuestos para el viajero de larga duración, el "nómada digital", así como incentivar los rodajes cinematográficos, dijo. El consejero delegado del aeropuerto londinense de Heathrow, John Holland-Kaye, y la vicepresidenta de negocio responsable y seguridad del grupo hotelero Radisson, Inge Huijbrechts, pidieron a los Estados que consensúen un sistema de tests diagnósticos y de antígenos que faciliten el viaje internacional. Holland-Kaye lamentó que, a diferencia de la atención dispensada a otros sectores económicos, la aviación ha sido dejada de lado por el Ejecutivo británico, y conminó a "encontrar soluciones prácticas" para impulsar los viajes a todos los países, como la realización de pruebas de covid-19 antes de subir al avión. "Nuestra expectativa es que el turismo internacional regresará una vez se levanten las restricciones, pero el objetivo es sobrevivir en los próximos 18 a 24 meses", afirmó. Huijbrechts coincidió en que eliminar las barreras para que el sector privado pueda hacer tests permitiría crear, por ejemplo, "burbujas dentro de los hoteles o por eventos", y animó de todas maneras a "cambiar la manera en que se mide el turismo", apostando por la sostenibilidad. En lugar de los miles de expositores y la gran actividad que la caracteriza, la londinense WTM, que se celebra hasta el miércoles, se centra este año en presentaciones y charlas por internet, en las que se analiza el futuro del sector tras la pandemia. Un informe difundido al inicio de la sesión de hoy pronosticó que las llegadas de turistas caerán globalmente un 50 % en 2020 por el coronavirus, lo que requerirá "soluciones innovadoras" a fin de fomentar la recuperación. El estudio, elaborado por Caroline Bremner para la empresa de análisis de mercado Euromonitor Internacional, señala que, aunque el sector turístico y de viajes vive "una crisis existencial", tiene la oportunidad también de recalibrar sus prioridades e impulsar cambios importantes, como "la digitalización y la sostenibilidad". Al presentar "Acelerando la innovación en los viajes tras el coronavirus", con datos de un centenar de países, Bremner dijo que, en el peor de cuatro escenarios analizados, las llegadas de turistas descenderían un 60 % este año, mientras que en el más optimista, que contempla menos restricciones y una vacuna en 2021, el retroceso sería del 50 %. Según la investigadora, la demanda turística, en cuanto a número de viajes y valor, tardará "un mínimo de entre tres a cinco años" a recuperarse hasta sus niveles precrisis, con consecuencias para hoteles, aerolíneas e intermediarios. El estudio apunta que, en última instancia, la recuperación del turismo dependerá de lo que duren las restricciones, la eficacia de los sistemas de rastreo de contagios y el efecto económico de la pandemia, sobre todo en el empleo. Prevé que ciertos sectores se recuperen antes, como las ventas de viajes por aplicaciones de móvil, que repuntarían en unos tres años, mientras que las aerolíneas tardarán al menos cuatro años, y aun más la hostelería y los intermediarios.