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La firma McKinsey respalda reactivación

Antonio Novas, gerente local de Mckinsey. EXTERNA

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CÁNDIDA ACOSTASanto Domingo, RD

En una entrevista para Listín Diario, el representante local de la firma McKinsey & Company, Antonio Novas, afirma que salvar vidas es lo más importante para una nación y aunque se está ante una tragedia humanitaria nunca vista, una parálisis económica prolongada también puede tener consecuencias graves para la población, en especial para los más vulnerables.

Por esto, una reactivación gradual, informada con datos en tiempo real, puede ayudar a mitigar el impacto, priorizando los protocolos de salud y conducta para mantener la distancia física y prevenir la aparición de nuevos casos. Estos incluyen: trabajo remoto, directivas de salud e higiene, monitoreo frecuente para la detección temprana de nuevos casos, reporte de información relevante a las autoridades sanitarias y medidas para asegurar el cumplimiento.

Aduce el socio de la firma internacional, que cada país debe hacer un esfuerzo adicional para proteger las vidas y los medios de subsistencia y por tener una mayor capacidad para hacer pruebas de diagnóstico masivas, mayor capacidad de las UCIs locales, y para monitorear y aislar las cadenas de transmisión del Covid-19.

A continuación las respuestas de Novas. McKinsey ha desarrollado estudios sobre Covid 19 con recomendaciones sobre cómo los Gobiernos pueden afrontar la crisis y reactivar la economía ¿Cuál es su propuesta para RD frente al Covid-19?

En los inicios de esta pandemia, en McKinsey & Company hemos redoblado nuestros esfuerzos para entender este suceso global tan inédito, y con ello ofrecer perspectivas sobre el “próximo normal”. Un punto muy relevante que hemos identificado es la importancia de reconocer las diferencias entre regiones y sectores económicos. Es importante que al interior de cada país los líderes reconozcan que cada región puede tener una capacidad distinta para reanudar la actividad económica. El factor principal y más obvio es la cantidad de casos en un área determinada y la velocidad de contagio.

Dos factores más por considerar es: 1) la capacidad del sistema de salud y, 2) la efectividad de los sistemas existentes para detectar y rastrear nuevos casos.

En cuanto al sector privado, muchas organizaciones han entendido la necesidad de reaccionar más rápido a los cambios en el mercado. Han entendido que cuanto antes reconozcan y planifiquen nuevos modelos económicos a largo plazo dentro de sus industrias, mayores serán sus posibilidades de sobrevivir a la crisis y prosperar en la próxima normalidad. ¿Qué opina respecto de los horarios de toque de queda y restricciones de horario? Estas decisiones dependen exclusivamente de las autoridades y por eso mismo deben respetarse. En nuestro artículo “Safeguarding Lives and Livelihoods: the imperative of our time” abogamos por protocolos dinámicos de salud y de conducta, hechos a la medida de la realidad de cada país, con base en el profundo entendimiento de los riesgos de infección.

¿Por qué plantean segmentar los protocolos de salud? Al interior de cada país, cada región puede vivir una realidad muy diferente y no todas las medidas aplican por igual. Al combinar el nivel de solidez de un sistema de salud con un análisis de la intensidad de la propagación del virus, es posible evaluar la capacidad de una región para reiniciar la actividad económica. Los encargados de gestionar la respuesta a la crisis en cada país podrían trazar subregiones nacionales, es decir provincias, municipios, ciudades, zonas de influencia de hospitales, etcétera, en una matriz para evaluar en qué momento cada una podría impulsar cierto tipo de actividad económica. Lo clave es contar con información actualizada y en tiempo real para poder tomar las mejores decisiones.

¿Cuál es el balance que se debe buscar entre la salud y la economía? Para nosotros es claro que salvar vidas es lo más importante para una nación. Estamos viviendo una tragedia humanitaria nunca antes vista en nuestra época. Los doctores y profesionales de la salud merecen todo nuestro respeto y admiración. También reconocemos que una parálisis económica prolongada también puede tener consecuencias graves para la población, en especial para los más vulnerables. Por esto, una reactivación gradual, informada con datos en tiempo real, puede ayudar a mitigar el impacto. . Los protocolos de salud y conducta se convierten en pieza fundamental de esta etapa, pues reducen el potencial de contagio y permiten una reactivación de la economía. En casi todos los sectores, las empresas necesitarán protocolos para mantener la distancia física y prevenir la aparición de nuevos casos. Estos incluyen: trabajo remoto, directivas de salud e higiene, monitoreo frecuente para la detección temprana de nuevos casos, reporte de información relevante a las autoridades sanitarias y medidas para asegurar el cumplimiento. Es posible que cada sector y subsector deba implementar requisitos y procedimientos específicos para garantizar la salud de los trabajadores y del resto de la comunidad. Por último, cada país debe introducir un nivel adicional en su esfuerzo por proteger las vidas y los medios de subsistencia. Se requiere un fortalecimiento continuo del sistema de salud a través de factores como mayor capacidad para hacer pruebas de diagnóstico masivas, mayor capacidad de las UCIs locales, y la capacidad para monitorear y aislar las cadenas de transmisión.

¿Cómo ha sido la experiencia de la firma McKinsey en República Dominicana y qué visión sobre este mercado? Ha sido muy positiva. Reafirmamos nuestro compromiso de apostar a este país como parte de los mercados en los que tenemos presencia. Buscamos cada vez acercarnos más a distintos sectores y grupos para trabajar juntos por el desarrollo de República Dominicana. También buscamos, a través de nuestros estudios, poder seguir ofreciendo perspectivas, encuestas y conocimiento que aporte al desarrollo de diversos mercados. Conocer de manera más cercana la cultura y calidez de los dominicanos, aún en estas circunstancias, ha sido una experiencia maravillosa. Ustedes han examinado el sentimiento del consumidor en diversos mercados, incluyendo República Dominicana. ¿Cuál ha sido el mayor cambio que ha experimentado el consumidor de hoy y qué deberían hacer las empresas para cubrir sus necesidades? Nuestro estudio “Sentimiento del Consumidor” devela que República Dominicana es uno de los países más optimistas. Casi cuatro de cada diez dominicanos consideran que la economía repuntará. De acuerdo con el estudio, el consumidor muestra una mayor sensibilidad al gasto. (Raul aquí toca poner la fecha…si alcanzo a enviarte nuestras cifras buenísimo, pero si no al menos pongamos que esto es de mayo).

El 72% de los dominicanos es cuidadoso con los gastos personales, lo que los lleva a probar nuevas alternativas. Muestran una mayor frecuencia de compra en línea para las categorías como el entretenimiento en el hogar. Estos hallazgos pueden ayudar a las empresas a entender esta nueva realidad y reflexionar sobre algunas oportunidades clave que se han generado durante esta crisis. Las empresas que prioricen la innovación y la transformación digital, y aquellas que logren sintonizarse con las nuevas necesidades y preferencias de los consumidores, estarán mejor preparadas. Próximamente estaremos presentando una segunda parte de este estudio, donde conoceremos más sobre el nuevo consumidor. Han abordado también la importancia de políticas de inclusión en las empresas, así como de protección al medio ambiente, diversidad racial.

¿Cómo estos temas están aportando la rentabilidad de las empresas de hoy? El estudio que plantean es “Diversity Matters: América Latina”. Este estudio, el primero de su tipo en la región, amplía la perspectiva para considerar el género, el origen étnico y la orientación sexual al evaluar las relaciones entre la diversidad de las empresas y su salud organizacional; y en última instancia, su desempeño financiero. Todavía hay mucho por entender sobre estas relaciones, lo que hace que este trabajo sea exploratorio más que definitivo. Sin embargo, arroja nueva luz sobre la interconexión entre la diversidad y las buenas prácticas comerciales, los comportamientos de liderazgo efectivos, la salud organizacional y el desempeño empresarial. La investigación identifica un vínculo claro entre la diversidad en la alta dirección y la salud organizacional y el desempeño de las compañías. Es importante destacar que es el compromiso con la diversidad (y no tanto la diversidad demográfica concreta) lo que está fuertemente correlacionado con resultados positivos. Las compañías donde las personas perciben compromiso con la diversidad tienen mayor probabilidad de obtener beneficios significativos. En las empresas comprometidas con la diversidad es habitual que las personas experimenten mayor libertad, tanto en lo que respecta a su identidad como a su forma de trabajar. Nuestro estudio revela que las personas que trabajan en organizaciones donde se percibe un alto compromiso con la diversidad tienen un 111% más de probabilidad mostrarse como son en el trabajo, lo que los estimula a participar y contribuir. En pocas palabras, el estudio muestra que las empresas más diversas son más saludables, felices… y rentables.

¿Promueven o pretenden promover estas políticas en RD? Lo que buscamos siempre como firma es promover las mejores prácticas y modelos económicos a nivel global. Este modelo en específico ha demostrado que el compromiso con la diversidad estimula mejores prácticas empresariales; promueve un comportamiento de liderazgo más efectivo; afianza la felicidad de las personas y aumenta la salud organizacional y un vínculo claro entre diversidad y desempeño financiero. Al interior de McKinsey estamos comprometidos con la diversidad y la flexibilidad para que todos quienes trabajan en la firma puedan desarrollar su potencial al máximo.

Ante la crisis del Covid 19, ¿cuál es la mayor oportunidad de crecimiento que tienen las organizaciones? Las empresas hoy día enfrentan importantes disrupciones que las obligan a repensar dónde y cómo jugar en la transición al nuevo normal. Una de las más importantes será su capacidad de adaptarse a las necesidades y hábitos del nuevo consumidor, así como crear nuevos modelos económicos a largo plazo. Los ejecutivos también están viendo un cambio sísmico en la forma de trabajar de las organizaciones, que abarca ajustes tácticos en áreas como estructura y ritmo de reuniones, y gestión del día a día, así como cambios en el liderazgo y la gestión de talento, uso de tecnología e innovación a nivel de toda la empresa. La velocidad es primordial. Nuestros estudios revelan que líderes citan la necesidad de reaccionar más rápidamente a los cambios en el mercado como la razón por la que las organizaciones han hecho cambios durante la pandemia. Esta necesidad es reportada con mucha más frecuencia que factores como la necesidad de reducir costos, aumentar la productividad o interactuar más efectivamente con los clientes. Los líderes de organizaciones más rápidas reportan un desempeño muy superior en resultados como rentabilidad, resiliencia operacional, salud organizacional y crecimiento. Por último, para nadie es un secreto que la transformación digital ya no es un lujo o un sueño: es una necesidad y quienes logren dar el salto, estarán más fortalecidos hacia futuro.

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