En vez de ajustes con nuevos tributos las políticas deberán sustentarse en la expansión
En una economía en contracción, las políticas macroeconómicas desaconsejan aplicar ajustes y, mucho menos, apelar a los aumentos de impuestos.
En términos macro, para impulsar la demanda, es decir, impulsar a la gente al consumo, lo que históricamente se ha hecho en el mundo es apelar a medidas expansivas de bajos intereses, flexibilizaciones, asistencia social, aún a costa de financiamiento.
Esto ocurre, en todo el mundo, y más ahora en momentos que la crisis sanitaria mundial del coronavirus Covid-19 tiene hasta a las economías adineradas con “las patas de la mesa hacia arriba”. En República Dominicana, la actual crisis es nunca vista y de magnitudes inimaginables meses atrás, pero esto no puede ser óbice para implantar un modelo impositivo no progresivo, basado especialmente en el consumo, bajo las actuales circunstancias. Varios economistas de distintas corrientes coinciden en que resulta necesario revisar el proyecto de Presupuesto 2021 presentado por el Gobierno y que se encuentra bajo estudio bicameral, de forma que las medidas que resulten aprobadas no infrinjan acuerdos comerciales supranacionales, que no se afecte la inversión extranjera directa, ni la competitividad-país que analizan organismos internacionales como el Banco Mundial, con su reporte Haciendo Negocios (Doing Bussinees).No es solo porque las políticas restrictivas frenan el crecimiento de las economías, sino potque por primera en vez en la historia económi ca mundial el Fondo Monetario Internacional ha mostrado flexibilidad con el endeudamiento, en aras de que no se afecte más a las poblaciones vulnerables. Monetaristas como Luis Manuel Piantini, creen que “mientras más restricciones les pones a los pagos externos más negocios y ganancias se le abren a los generadores de divisas”.
Sugieren que en vez de 8% se graven con hasta un 89% transitorio las ganancias de grandes corporaciones, bajar el 4% del PIB a la educación a un 3%, iniciar operaciones de mercado abierto con bonos locales, apropiar a la Tesorería de las cuentas abandonadas de ahorristas, y de las fianzas de grandes contratos, entre otros.