Las aerolíneas se reinventan en Brasil tras la crisis que las dejó en tierra
Latam Brasil anunció el despido de 2,700 empleados, entre pilotos, copilotos y auxiliares de vuelo
De menor tamaño, con asociaciones entre rivales y a la espera de una ayuda financiera del Gobierno, las aerolíneas comienzan a normalizar sus actividades en Brasil y calculan que al final de este año ya estarán operando al 70% del nivel prepandemia, por delante del resto de países de América.
"En julio la demanda se recuperó un 22% frente a junio y la expectativa, según lo que planean las empresas, es que al final de este año estemos operando al 70% de lo que era en 2019 y que al final de 2021 retomemos los niveles de la prepandemia al menos en vuelos domésticos", dijo a Efe el director para Brasil de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), Dany Oliveira.
La recuperación en Brasil se prevé más rápida que en toda América en general. Según IATA, tras una caída esperada del 55% en el número de pasajeros este año, las aerolíneas de la región sólo recuperarán los niveles prepandemia en 2023 en vuelos domésticos y en 2024 en los internacionales.
El organismo mantiene su previsión de que Brasil, un país con dimensiones continentales, pueda convertirse en uno de los mayores mercados mundiales de aviación y pasar de los 120 millones de pasajeros con los que terminó 2019 a unos 420 millones en 2039.
Según los datos ofrecidos por la Asociación Brasileña de Empresas Aéreas (ABEAR), las peores cifras del sector fueron las de abril, cuando la demanda de pasajeros se redujo un 93.09% frente al mismo mes de 2019 en vuelos nacionales y un 98.7% en los internacionales, aunque la situación ha ido mejorando gradualmente.
Ofrece 700 vuelos diarios
Brasil registra actualmente unos 700 despegues por día de aviones en vuelos domésticos, la tercera parte de lo que se preveía para la época antes de la crisis, según la ABEAR.
Según la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC), el número de rutas domésticas disponibles subió desde 125 en abril hasta 231 en julio, una cifra aún lejos de las 411 que las aerolíneas brasileñas ofrecía en julio del año pasado.
"La ventaja de Brasil es que, pese a que restringió los vuelos internacionales, no cerró sus aeropuertos durante la pandemia como otros países, además de haber adoptado rápida y adecuadamente protocolos de seguridad para el transporte aéreo", dijo a Efe el vicepresidente de la IATA para las Américas, Peter Cerdá.
El futuro de las aerolíneas
El ejecutivo admite que la recuperación dependerá de las fuerzas que le queden a las aerolíneas tras la crisis y de los nuevos modelos de negocios que adopten para reponerse. "Lo que sí es seguro es que el tamaño de las aerolíneas será menor, que la demanda será menor y que habrá nuevas reglas de juego", explicó.
Con sus aviones en tierra, las aerolíneas tuvieron pérdidas millonarias en el segundo trimestre. Las de Gol fueron de 1,997 millones de reales (unos US$356.6 millones) y las de Azul 2,940 millones de reales (unos US$525 millones).
El banco de fomento brasileño (BNDES) está en negociaciones con las tres grandes (Azul, Gol y la filial brasileña de Latam) para concederles un crédito que evite lo ocurrido en Avianca Brasil, declarada en bancarrota el año pasado.
El préstamo en condiciones muy ventajosas les serviría de capital de giro para garantizar la vuelta de sus operaciones, pero las negociaciones se han dilatado sin previsión de final.
A la espera de la ayuda oficial, las empresas adoptaron estrategias para reducir costes y ajustarse a la nueva realidad.