Seguridad social y reforma al Código Laboral: dos pendientes del Ministerio de Trabajo
Las complejidades del sector laboral dominicano por su alto índice de informalidad, sus bajos salarios y los altos costos de producción han hecho cada vez más difícil que una gestión de Gobierno alcance logros palpables, tanto para trabajadores como para empleadores.
En los ocho años de gobierno del presidente Danilo Medina, tres ministros asumieron el cargo. Maritza Hernández asumió esta posición en agosto del 2012 hasta agosto de 2016. Luego, el funcionario que estuvo a cargo de la institución fue José Ramón Fadul, quien dirigió el sector laboral desde agosto de 2016 hasta mayo de 2018. Winston Santos permaneció en el ministerio desde mayo de 2018 hasta la salida de Medina del poder.
Los tres prometieron que darían prioridad a la Seguridad Social, pero esto se quedó en palabras. No se logró una reforma a este sistema que junto a la transformación al Código de Trabajo es una de las exigencias del sector sindical y el empresarial, aunque cada uno busca sus intereses. El Ministerio de Trabajo solo ha fungido de ente conciliador entre los empresarios y los trabajadores y como mecanismo de defensa de los derechos laborales.
La actualización del Código de Trabajo ha sido el “dolor de cabeza” de todas las autoridades del sector laboral, ya que empresarios y trabajadores se mantienen enfrentados, sobre todo, en tema de la eliminación de la cesantía, en el que mantienen posturas intransigentes.
A pesar de que años atrás se realizaron esfuerzos conciliatorios para lograr la reforma y actualización del Código, con la moderación del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), nada se logró y el dialogo tripartito quedó en el olvido.
Otro tema de conflicto en el ámbito laboral lo ha constituido la exigencia del sector empresarial de que se aplique la Ley de Reclasificación de las Empresas, lo que aún no ha sido posible sobre todo por los bajos salarios que se pagan en el país. Durante la última discusión para aumentar los salarios mínimos de las empresas privadas no sectorizadas, los empleadores vaticinaron la quiebra de muchas pequeñas y medianas empresas por la carga laboral.
El ministro de Trabajo saliente, Winston Santos, enfocó su gestión en mantener el diálogo entre los sectores y en ser un ente conciliador entre los sectores. Logros mínimos en materia de seguridad social, dejando un panorama poco esperanzador por el devastador impacto de la pandemia del nuevo coronavirus en los sectores productivos con más de 800,000 trabajadores suspendidos, cerca de 300,000 cancelados y una crisis que aún no alcanza su pico más alto.
El sector laboral tiene décadas esperando una real transformación que cada día se ve más lejos ante el COVID-19, por lo que ya una de las prioridades del nuevo ministro no debería ser resolver los temas que están paralizados, sino conseguir que miles de familias sigan consiguiendo el sustento para su hogar.
Los retos del ministerio
El nuevo ministro de Trabajo, que ya fue elegido por el presidente electo Luis Abinader, tiene bajo sus hombros la difícil tarea de coordinar planes que garanticen el freno del desempleo por la pandemia y la continuidad de los programas de ayuda que inició en marzo de este año la gestión de Danilo Medina como un alivio económico para los trabajadores y los empresarios.
El ex vicepresidente de la República y experto en temas laborales, Rafael Albuquerque, cree que uno de los desafíos del próximo representante del ministerio que también es el que preside el Consejo de la Seguridad Social es establecer planes a corto plazo para que los trabajadores suspendidos por la pandemia puedan conseguir un empleo temporal y así se evita el colapso del Sistema de la Seguridad Social porque de no ser así, los trabajadores desocupados ya no cotizarán.
Albuquerque, quien conversó con Listín Diario sobre el futuro del Ministerio de Trabajo, piensa que estos temas que no se han podido lograr no son problemas de un ministro, sino del Gobierno, ya que esta institución cuenta con un presupuesto muy bajo y solamente se ha podido dedicar a ser un conciliador y se ha olvidado de la seguridad de los trabajadores, la seguridad industrial, la formación profesional, la medicina ocupaciones, entre otros asuntos.
Un cambio de identidad institucional
Para Jacobo Ramos, presidente de la Confederación Nacional de Trabajadores Dominicanos (CNTD), el próximo ministro de Trabajo debe impulsar que el organismo gubernamental se convierta en el Ministerio de Trabajo y de la Seguridad Social para así impulsar el Código de Trabajo, las leyes que tengan que ver con el Comité Nacional de Salarios y las reformas a la seguridad social.
El aumento salarial también es uno de los temas que la nueva cara del sector, Luis Miguel De Camps, debe fomentar, acompañado de empleos decentes.
El nuevo incumbente tiene, además, otro gran desafío para transformar al ministerio, uno que pase de las palabras a los hechos y a ser un verdadero aliado del trabajador. Este es fomentar la formación profesional de los jóvenes de República Dominicana y apoyar el emprendedurismo.
Pocos lo han sugerido, pero Luis Miguel De Camps tiene el desafío de mejorar aspectos sociales como la libertad sindical, la negociación colectiva y respetar el Código de Trabajo, dando lecciones de institucionalidad.
La justificación de un bajo presupuesto
Rafael (Pepe) Abreu, presidente de la Confederación Nacional de la Unidad Sindical (CNUS), destaca que este sector espera que el ministerio fortaleza el Consejo Consultivo del Trabajo que fue creado en 1999 y su función es asesorar al ministro de Trabajo y al presidente de la República en todo lo concerniente a la materia laboral y contaba con el apoyo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
De acuerdo con Pepe Abreu, el ministerio dirige el Consejo de la Seguridad Social, el Instituto Dominicano de Prevención y Protección de Riesgos Laborales, el INFOTEP, el Fondo de la Construcción y otros que en ocasiones reciben un mayor presupuesto que el mismo ministerio.
Por eso, solo hay 14 técnicos en todo el país que supervisan a las empresas, lo que desacelera que se realice una fiscalización efectiva.
Dominicanos versus extranjeros
A Luis Miguel De Camps y el gobierno de Luis Abinader les toca asumir la disputa entre los
sindicalistas y los empresarios sobre la cuota 80/20 que deben aplicar las instituciones del
Gobierno, las empresas, comerciantes, hoteles, centros de diversión, productores
agropecuarios y otros de República Dominicana, fijada en el artículo 137 del Código de
Trabajo.
Para los sindicatos esto se ha convertido en letra muerta, siendo reiteradamente violada por los
llamados a hacerla cumplir alegando que las autoridades no castigan esta práctica donde
ciertos sectores obtienen más beneficios económicos que otros.
El artículo 136 indica que “los salarios percibidos por los trabajadores dominicanos de una
empresa deben ascender, en conjunto, al 80% por lo menos, del valor correspondiente al pago
de todo el personal”.
En una ocasión, el pasado ministro de Trabajo, José Ramón Fadul (Monchy), había admitido
que la legislación que establece el 80% de los trabajadores de una empresa deben ser
dominicanos, es totalmente ignorada en los sectores turísticos, de la construcción,
agropecuario y comercial.
Aumento de la paternidad
No sólo es la cesantía y los bajos salarios lo que está preocupando a los representantes de los
trabajadores dominicanos. El aumento de la licencia por paternidad de dos días a tres meses
debe ser un tema importante en la reforma al Código Laboral.
Especialistas del sector laboral han considerado que a los hombres hay que permitirles estar en
casa tres meses para apoyar la maternidad y el cuidado del bebé porque cuando se asume
este tipo de cambio, se crea una nueva masculinidad que en el país hace falta.
Hubo una esperanza
En febrero de este se promulgó la ley 13-20 que modifica la ley 87-01, por lo que se espera que
todavía el sistema de seguridad social siga cambiando en el país.
La nueva legislación permitió que más de 400,000 dominicanos, que estaban excluidos,
ingresaran al sistema de seguridad social, tengan seguro de salud y coticen para su retiro.
Con esta nueva normativa entraron al sistema unos 150,000 trabajadores y sus dependientes
que estaban fuera porque sus empleadores tenían una deuda superior a RD$504,000 millones
por retrasos en pagos al sistema.
Recursos económicos
Para este año, el presupuesto del Ministerio de Trabajo fue de RD$ 2,584 millones. Cerca de
RD$713 millones estaban destinados a remuneraciones y contribuciones, RD$235 millones
para contratación de servicios, RD$137 millones para materiales y suministros, RD$1,446 para
transferencias corrientes, además de RD$15 millones de transferencias de capital, RD$34
millones de bienes muebles, inmuebles e intangibles y RD$2.5 millones para obras.
A julio de 2020, la nómina del Ministerio de Trabajo era de RD$40.2 millones para los
empleados fijos y RD$1.7 millones para 49 contratados.
Perfil del nuevo ministro
Luis Miguel De Camps no cuenta con una amplia experiencia en el sector laboral, aunque es un
especialista en temas de conciliación, lo que puede ser ventaja para la reforma del Códifgo
Laboral y el desacuerdo entre los sindicalistas y los empresarios.
Él es abogado con una maestría en Derecho de Negocios; y estudios de postgrado en Harvard
University, enfocado en Negociación y Resolución de Conflictos.
Fue panelista sobre Fideicomiso en el Congreso Latinoamericano de Fidecomiso (COLAFI),
celebrado en Cartagena, Colombia (2018), y ha participado activamente en seminarios y
paneles nacionales especializados en Fideicomisos. Es, además, el presidente ejecutivo de la
Asociación Dominicana de Sociedades Fiduciarias (ASOFIDOM).
Dentro de sus promesas para el cargo que ha asumido se encuentran mejorar la seguridad
social, entorno laboral y condiciones trabajo, así como crear empleos dignos, dominicanizar la
mano de obra y mejorar el sistema de pensiones.